Wrestle Kingdom 13, el magno evento de NJPW, fue un show extraño, corto e irregular. ¿Fue bueno? Veámoslo.
Pre Show – Taguchi, Yano y Makabe vs Suzuki Gun (Suzuki, Archer y Smith Jr) vs Nagata, Cobb y Finlay Jr vs The Elite (Page, Yujiro y Scurll) vs Chaos (Goto, Beretta y Chuckie T) por una oportunidad al NEVER Six Man Tag Team Championship:
Pre show potable en el que hubo momentos entretenidos, aunque desgraciadamente a muchos luchadores se les notaba totalmente fuera de lugar debido a su posición. Cumplió con lo requerido sin alardes y el extraño combinado de Taguchi funcionó, aunque no me gustó demasiado el resultado general. Duele ver aquí a Goto y Suzuki.
Lo mejor, Yano siendo Yano y Suzuki pegando a medio ringside por el enfado.
Valoración: 2 jumbitos.
Will Ospreay vs Kota Ibushi (c) por el NEVER Openweight Championship:
Una decepción inesperada. Kota y Will tenían muchas armas para ofrecer un opener de vértigo y locura, pero se quedaron a medio camino. El combate no ofreció (ni necesitaba ofrecer) una narrativa o una complejidad elevadas pero esto se convirtió en un serio punto en contra al no llegar a estallar la acción en ningún momento.
Sí, hubo ciertos momentos y spots interesantes así como un ritmo intenso en buena parte del encuentro, pero faltó esa química y esa brillantez que marca los combates de ambos. Durante buena parte de la lucha, momentos clave no se sintieron como tales, dejando un regusto amargo. La sensación de asistir a un intercambio de moves con transiciones desequilibradas y sin que nada llevase a algo fue una constante que no se resolvió con una recta final ejecutada de manera mediocre y que no logró entusiasmar.
En general, fue un duelo entretenido y que funcionó, pero yo aquí esperaba algo brutal y alguna locura increíble. Nada de eso pasó y no queda más que darle un aprobado a ambos.
Otro title change que deja al título como una patata caliente que, eso sí, tiene un horizonte que puede resultar bueno.
PD: Tremendo cringe debió dar ver en directo la toma “cinematográfica” de este enfrentamiento.
Valoración: 3 jumbitos 1/4
Los Ingobernables de Japón (BUSHI y Shingo Takagi) vs Roppongi 3K (SHO y YOH) vs Suzuki Gun (El Desperado y Yoshinobu Kanemaru) (c) por el IWGP Junior Tag Team Championship:
Precipitado combate por los títulos junior que no pasará a la historia. Lejos de su predecesor, el cual tuvo algo más de construcción y una recta final genial, el match titular se quedó en un sprint entretenido pero al que le faltó de todo.
Desde luego que fue entretenido, pero fue muy difícil construir verdaderos falsos finales, spots que marcasen más a cada participante y equipo, y el final se sintió correcto pero lejos del caos controlado que deben ser los combates de este tipo. Ni siquiera los mejores momentos de SHO y Shingo lograron apuntarse como detallazos que sumaban al conjunto. Es muy cierto que se notó la falta de tiempo, pero aún con eso hubo margen para hacer algo mejor.
Con todo, un choque divertido y que establece merecidamente a BUSHI y Shingo como una pareja que ha de ser clave en la división, aunque solo sea a corto plazo en el caso del segundo.
Valoración: 2 jumbitos y medio.
Tomohiro Ishii vs Zack Sabre Jr por el Rev Pro British Heavyweight Championship:
El primer gran match de la velada lo darían estos dos. No era ninguna sorpresa que viviesemos un notable combate, aunque pudo ser mejor.
Se notó la falta de tiempo de cara a elevar algo más la intensidad y tener algo más de margen de construcción. Tampoco dieron el giro de tuerca definitivo que creo que merecemos llegar a ver entre estos dos, pero fue un dignísimo capítulo de una saga genial.
Ishii y Sabre realizaron los ajustes correctos para renovar su fórmula y adaptarla al limitado tiempo del que disponían logrando un resultado notable. El combate tuvo ese sabor tan característico de sus anteriores duelos y, por supuesto, momento que hicieron vibrar al espectador. Llegué a comerme el fake finish que hubo a los 15 segundos (!) de encuentro y disfruté con la implacable victoria del británico al igual que pareció hacerlo el público.
Sabre ya ha sido reconocido por el Tokyo Dome como una estrella e Ishii suma una derrota, pero ha dado otra gran lucha en un lugar que merecía. Muy recomendable.
Valoración: 3 jumbitos 3/4.
Guerillas of Destiny (Tama Tonga y Tanga Loa) (c) vs Los Ingobernables de Japón (EVIL y SANADA) vs The Young Bucks (Matt y Nick Jackson) por el IWGP Tag Team Championship:
Me fui a desayunar durante este encuentro y no me arrepiento. Ya en diferido, se vio claramente que este match fue lo que le leí a varios asistentes al show: La pausa para ir al baño.
Tag team match carente de todo interés por su construcción e implicación, pero funcional. El público hizo un lógico vacío, pero la acción fue decente. Aún así, GOD no da demasiado de si, los Bucks siguieron con su monótono selling en la espalda y las notas positivas fueron puestas en su mayoría por Los Ingobernables, aunque sin excesivos alardes.
El lado bueno es que pasó rápido y el resultado fue correcto, pero fue otro match mediocre en esta noche.
PD: Si en Año Nuevo hiciste alguna cosa de la que te avergüences, tranquilo. La entrada de GOD fue mucho más penosa que cualquier baile ridículo que hicieses borracho.
Valoración: 2 jumbitos 1/4.
Valoración del atuendo de Jado: -14 jumbitos y una calavera.
Cody (c) vs Juice Robinson por el IWGP USA Championship:
Crímenes contra el pro-wrestling. Cody debería ser vetado del Tokyo Dome por 50 años. Abismal enfrentamiento con todo lo malo que esperas de Cody Rhodes.
El mismo combate de siempre, las mismas interferencias de siempre y las mismas estupideces de siempre. 0 madurez en su propuesta, 0 coherencia con lo requerido y calidad ínfima en casi todo lo ejecutado. Para aumentar el despropósito, Cody debió ser descalificado en al menos dos ocasiones más que evidentes pero no pasó nada pese a la atenta mirada de Tiger Hattori.
El match dura 8 minutos y parecen 20 gracias al inadecuado ritmo y a la pobreza de todo lo que hay en él. Tuvimos hasta los sospechosamente innecesarios planos traseros a Brandi mientras atacaba de forma penosa a Juice. El silencio que había en el Tokyo Dome pese al Cross Rhodes era digno de un funeral de estado, ejemplificando bien el run de Cody en NJPW.
El final, en el cual Juice conecta dos Pulp Friction pese a no necesitar el último, habría funcionado de no ser porque no hubo build up ni heat, por lo que ni siquiera ese intento de mostrar odio pudo levantar algo esto.
Le iba a dar una estrella, pero escribiendo me he dado cuenta de que es mucho peor combate de lo que pensaba. Cody, cierra al salir.
Valoración: Medio jumbito cojo.
KUSHIDA (c) vs Taiji Ishimori por el IWGP Junior Heavyweight Championship:
El combate sobre el que más pesó la falta de tiempo fue salvado por sus participantes, los cuales dieron un excelente nivel.
El choque pedía un mayor desarrollo y contenido, pero el sprint funcionó a la perfección gracias al enorme talento de ambos. Taiji fue el peligroso y ridículamente ágil Bone Soldier que se nos prometió, pero KUSHIDA estuvo en otro escalón. El Time Splitter tuvo otra fantástica actuación en la que cada acción tuvo una ejecución perfecta y un sentido, lo cual es muy complicado en sprints junior como este.
Quizá el final no fue el mejor, lo cual es un defecto a añadir a lo dicho anteriormente, pero el combate por el cinturón ligero fue de lo mejor de la velada y totalmente recomendable. Un match corto, divertido y muy bien llevado.
Valoración: 3 jumbitos 3/4.
Kazuchika Okada vs Jay White:
La era de Switchblade comienza. Ante el nuevo panorama de NJPW, era necesario que White diera un golpe en la mesa. Perder ante Tanahashi y Okada en sus dos primeros WK no era suficiente, más aún con un año relativamente gris. El golpe en la mesa se dio, y con mucha fuerza.
Okada volvía al Tokyo Dome sin luchar por el título por primera vez en 7 años y no volvió de cualquier forma. Okada volvió siendo “The Rainmaker”. Atrás quedaron los globos, la actitud, su tema y hasta sus pantalones. Todo esto levantó al Tokyo Dome, que recibió al hombre que ha dominado la era moderna de NJPW. Ya levantado, todo quedó listo para su sonora caída.
Si bien en directo no me dijo nada, mi impresión fue muy diferente en diferido. Condicionados por la falta de tiempo, fueron directos y ofrecieron lo que pedía la situación. Okada parecía estar con el (sobresaliente) piloto automático, pero esto fue muy acertado. El líder de Chaos estaba más reconocible que nunca en estos últimos meses y el público estalló ante sus dropkicks y la “rainmaker pose”. Y aquí, White cortaría todo de raíz.
White tiene defectos, pero llevar los tiempos no es uno de ellos. Con Okada de compañero de baile, el ritmo se llevó como debía, proporcionando la sensación de un Jay incómodo y capaz de incomodar. No estaba dominando pero lograba ensuciar los momentos de dominio de Okada gracias además a la sombra de la intervención de Gedo o de sus propias trampas. Por eso el final funciona tan bien.
Para mi no lo fue, pero el shock en el Dome y en internet fue mayúsculo. Con un simple reversal en forma de Blade Runner, White planchó al invencible Rainmaker de forma totalmente limpia. El año pasado, White era un novato jugando a ser alguien peligroso. Ahora es alguien muy peligroso y que se cree su personaje. Está verde, pero hay madera de estrella.
Lejos de ser un combate sobresaliente, pero si que fue increíblemente funcional a todos los niveles, dejando un sabor de boca excelente. Los momentazos de Okada sacan una sonrisa imposible de contener para cualquier fan de NJPW y el mazazo de White logra su propósito totalmente. Con todo esto, queda claro que es un duelo muy recomendable.
“In 1961 they start another war”.
Valoración: 3 jumbitos 3/4.
Chris Jericho (c) vs Tetsuya Naito por el IWGP Intercontinental Championship:
El gran brawl de la velada cumplió y sobrepasó las expectativas. Chris llegó con un plan y lo ejecutó sintiéndose poderoso y peligroso con un Naito que hizo absolutamente todo lo posible para que todo luciese genial. Bumps, violencia y momentazos insertados en un hilo conductor notable y sólido.
La actuación de Jericho fue excelente, mostrando ese lado heel desagradable que tan buenos resultados le ha dado siempre. Sin embargo, Naito estuvo estelar. El Tokyo Dome estaba entregado a él, pero es que sería difícil no estarlo con una actuación tan buena. Fue capaz de hacer empatizar al espectador a niveles dignos de Tanahashi gracias a su buena labor vendiendo toda la situación por la que estaba pasando en el nudo del combate.
Para cerrar de la mejor manera, en el final se optó por una simple pero inteligente vía. El título intercontinental que tanto odia Naito, al fin tuvo utilidad. Jericho falló al usarlo como arma cuando mejor lo tenía y Naito logró darle la vuelta a la situación para sentenciarle con un golpe con el cinturón (el cual luego arrojó a ringside como si no valiese nada) y un Destino.
Un cierre ideal para un combate excelente. Naito rechazó el campeonato para acabar llevándoselo sin demasiado interés. Perfecto.
Valoración: 4 jumbitos.
Hiroshi Tanahashi vs Kenny Omega (c) por el IWGP Heavyweight Championship:
Decir que cada 100 años solo sale una persona como tú es bastante pretencioso pero, tras esta actuación, queda aún más claro que Tanahashi no está tan lejos de esta afirmación.
Tanahashi completó uno de los mejores viajes que he visto en el pro-wrestling convirtiéndose por octava vez en campeón mundial ante el oponente ideal. Los ideales del ace vencieron a los de Kenny en un combate totalmente reconocible como main event de Wrestle Kingdom y como enfrentamiento con estos dos luchadores.
Esto tiene sus pros y contras, como casi todo fan de la empresa conoce. Un inicio flojo con secuencias muy marca de la casa y un escaso contenido marcado por un ritmo muy bajo. Sin embargo, también tuvo todo lo bueno que les caracteriza gracias a un nudo muy sólido que plantó las bases de un final que, si bien pudo ser mejor aprovechado por Kenny, resultó trepidante y emocionante.
Tana dio una masterclass de como se dan estos últimos tercios en NJPW, destruyendo a Kenny con sus dragon screws para frenar a un rival mucho más atlético y explosivo. Kenny no vendió todo lo requerido, lo cual habría abierto vías mucho más interesantes, pero el daño al combate fue moderado. Tanahashi llevó a cabo unas fases de dominio e inferioridad casi impecables, logrando hacer que el espectador empatizase ante la situación que vivía. En un caso muy similar a Naito, todo el público estaba con él, pero era imposible no hacerlo aún más con esta actuación.
La fase final inició con un Tanahashi increíblemente seguro sufriendo el enorme riesgo de hacerle un HFF a la mesa en ringside, pero pese al enorme daño y sacrificio que hizo a todos los niveles en el combate, pudo salvarse de un Kenny que de nuevo supo hacer que sus últimas fases de dominio fuesen dignas de un pro wrestler con un arsenal devastador. Esta fue la tónica de los últimos minutos. Faltó profundidad pero la emoción y el excelente intercambio vivido lograron minimizar los daños para consolidar un final notable.
Y, como no podía ser de otra manera, nadie gana a corazón a Hiroshi Tanahashi. El ace se resistió a toda costa a la tormenta final de Omega para sacar exhausto el HFF de su quizá última gran noche en el Tokyo Dome. Los luchadores van y vienen, pero las leyendas se quedan para siempre.
1/100.
Valoración: 4 jumbitos 1/4.
Esto ha sido todo. Condicionado por la falta de tiempo por factores que ya analizaremos más adelante, WK ofreció un show irregular y que tuvo ciertas decepciones, pero fue un buen show que parece encauzar a la empresa por la vía que apuesta por sus fans de siempre. Y eso es algo que, en mi opinión, hace que todo lo demás valga la pena. Os esperamos con las conclusiones del evento y en la previa de The New Beginning.
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