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El wrestling y las historias
Publicado
6 años atrásen
Por Richard Showstopper#DDSD.
Últimamente WWE me genera un nulo interés por su producto y más allá de la calidad de sus luchadores en el ring, se debe a un factor que creo se ha perdido y estas son las historias. Allá por los 90s cuando la Attitude Ere reinaba, si bien el nivel in ring de varias superestrellas era dudoso, había algo que nunca faltaba: las historias capaces de hacer que nos sintiéramos identificados con los luchadores.
Debido a eso, quiero exponer a través de este artículo mi visión sobre este punto.
El wrestling considerado por muchos como un espectáculo para la gente de origen más humilde, bebe mucho de las obras de teatro en mi opinión. Tenemos una puesta en escena donde dos personajes se contraponen uno a otro en una trama, ya sea del bien contra el mal (rudo/heel contra técnico/face) o simplemente dos ideologías que se contraponen una a la otra al más puro estilo de Batman y Superman (Tanahashi vs Omega).
Una vez tenemos todos los alicientes para la misma, concluimos todo en un combate donde solo uno de los involucrados saldrá vencedor y es decisión de nosotros a quien apoyaremos en su camino por la gloria.
Siempre he considerado a la película de Rocky como un buen ejemplo de cómo contar este tipo de historias. Primero que nada debemos de tener en cuenta que Rocky no es una película de boxeo, más bien esta centrada en un representante de este deportes y sus dramas.
Tenemos un protagonista que no tiene ese prototipo de héroe al que estamos acostumbrados (generalmente un tío bonachón y de una moral intachable), acá tenemos un acercamiento más real, con un protagonista que bien podría ser encasillado como un perdedor, un hombre de los bajos mundos que funge como cobrador de deudas para ganarse la vida y cuya carrera en el mundo del boxeo no parece despegar viviendo en un pequeño apartamento en Filadelfia. A lo largo de la cinta veremos cómo se desarrollan las relaciones de nuestro protagonista, donde todo cambia cuando recibe una oportunidad para enfrentar al actual monarca de la división de peso completo, Apollo Creed, quien resulta ser la contraposición perfecta para nuestro protagonista y camino a prepararse para esta gran hazaña. La pelea no es más que la guinda del pastel para todo lo que vemos ocurrir a lo largo de la película, incluso en los momentos finales Rocky esta más interesado en encontrar al amor de su vida entre el público que en haber estado a punto de vencer al campeón. Al final de la cinta tenemos a un Rocky ganador, no por ganar un título, sino por su triunfo moral.
Tetsuya Naito es otro buen ejemplo de cómo contarle una historia al espectador y lograr que este se sienta interesado por lo que va a pasar. Un hombre que se convirtió en “Ingobernable” después de haber sufrido el rechazo del público. Naito se vio obligado a ver su lucha por el título principal de la empresa ser pasada de largo por el espectador quien se encontraba más expectante por el duelo entre Nakamura y Tanahashi en ese mismo evento. Destruido no solo físicamente, también moralmente, Naito viajó a tierras aztecas para reencontrarse a si mismo y fue ahí donde Naito volvió a nacer, regresando a Japón con una nueva actitud más rebelde. Pasando de esos mismos fanáticos que alguna vez lo rechazaron, Naito ahora era un ingobernable y solo le faltaba una cosa para ver su sueño completamente realizado y ese era volver a enfrentar al hombre que alguna vez lo derrotó en el evento estelar de WK 12 y para llegar hasta ahí era menester salir victorioso del G1 Clímax y así ganar una oportunidad que afianzaría esa tan esperada lucha.
Después de lograr salir victorioso del G1 parecía que todo estaba listo y que las estrellas finalmente se habían alineado para ver coronarse al ingobernable (que inocentes éramos), pero nada de esto ocurrió y Naito volvió a caer frente a Okada (Gedo algún día pagaras por esto); pero peor aún, volvió a ser relegado como guardián del título Intercontinental.
WWE nos ha contado buenas historias, como por ejemplo el 2013, donde vimos como se gestaba una de las grandes historias de la era moderna que pasaría a ser toda una revolución. Y me refiero al Yes Movement.
Después de algunas eras oscuras en la empresa de Vince parecía que todo comenzaba a iluminarse y esa oscuridad finalmente se desvanecería. Con un The SHIELD siendo dueños del lugar, Un CM Punk volviendo al bando técnico y un pequeño hombre parecía que finalmente tendría esa gran oportunidad que merecía: Daniel Bryan.
Pongamos en contexto, Daniel Bryan habría obtenido una oportunidad para convertirse en campeón y portador de la presea más importante de la compañía frente a John Cena, la cara e icono de la empresa (ahora que lo pienso la forma en la que Bryan termino recibiendo dicha oportunidad por parte del mismo Cena me parece familiar cof… cof… Rocky… cof… cof…). Y esto habría desencadenado una serie de sucesos donde se ponía en evidencia que el barbón no era del agrado de la directiva por no ser digamos material para campeón. Aún así Bryan buscaría demostrar todo lo contrario y después de una lucha donde lograría ser digno para portar el campeonato, la directiva demostraría tener otros planes, haciendo que Randy Orton canjease su maletín del MITB esa misma noche después de que Bryan fuese atacado por Triple H (el ñato robando cámara, ostia esto si que es nuevo). Esto derivaría en la creación del nuevo Stable The Authority comenzando una rivalidad entre ellos, con Bryan buscando recuperar lo que era suyo y una autoridad haciendo todo lo posible para evitarlo.
El resto, es historia. Bryan, ante todo, fue capaz de cerrar un main event de WM, derrotando antes a Triple H (Hunter por favor ya deja de robar, estas igual que Nacho) y venciendo a Orton/Batista.
Una magnifica historia en la que un hombre común se levanta contra el sistema y sale victorioso.
Como podrán darse cuenta es gracias a las historias que una simple rivalidad se convierte en algo para el recuerdo ya sea de forma positiva o negativa.
Una buena lucha no solo va de la pelea en si, sino también en ese algo que requiere una identificación y la capacidad de involucrarnos. No el aplauso fácil, como estamos acostumbrados últimamente. Espero que WWE sea capaz de entender porque últimamente su bookeo da pena ajena.
Cuando no estamos en temporada de circo, aprovechamos de escribir y hablar de lucha libre. Para muchos, es como si siguiéramos en las carpas, para otros, también. Lo concreto es que acá les tenemos una amplia variedad de temas sobre las luchitas.