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¿Se repite la historia? Poder corporativo vs la unión de las masas

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En pleno Road to Wrestlemania, es normal recordar a luchadores que han brillado en el magno evento, así como las circunstancias que los llevaron hasta allí. En esta ocasión, me referiré a uno de los casos más interesantes de todos los tiempos: el run que llevó a Daniel Bryan al Main Event de Wrestlemania 30.

Texto muy contingente si vemos el actual camino al máximo evento, donde parece que se repite la historia con Becky Lynch, despojada de su chance de enfrentar en WM a Ronda por la decisión de su jefe. Historia que parece que también la vivirá Kofi Kingston. ¿Ángulo reciclado o la mejor forma de hacer importante una rivalidad?

Lo cierto, es que la figura de poder corporativo versus la unión de las masas siempre genera ruido en la audiencia.

Para este artículo, traduje un capítulo de “You can´t wrestle! – Profetional Wrestling as Participatory Fiction”. Corresponde a una Tesis de posgrado, escrita por Aleksi Vauhkonen y presentada el 2018 en la universidad finlandesa de Helsinki. El estudio completo es posible encontrarlo a través del siguiente link https://helda.helsinki.fi/bitstream/handle/10138/235683/Vauhkonen_Aleksi_Progradu_2018.pdf. El autor analiza el rol de las audiencias en vivo sobre la práctica del wrestling y en este capítulo en particular, como el fenómeno de Daniel Bryan obligó a los bookers a cambiar los planes de Wrestlemania 30.

Al igual que en otras traducciones, he hecho algunas modificaciones al texto para simplificar su compresión. La traducción la dejo a continuación:

En el 2010, fue la misma WWE quien entrenó principalmente a sus propios luchadores, pero Bryan Danielson fue una excepción a este modelo. Cuando Danielson debutó en la televisión de la WWE en el 2010, ya había luchado en la escena independiente por una década. La reputación de Danielson era la de ser el rey de las indies, pero siempre fue considerado de estatura muy baja y quizás demasiado insípido para ser una personalidad Main Stream. Su personaje de la WWE fue eventualmente renombrado “Daniel Bryan”.

Curiosamente, WWE no tuvo reparos en hacer que (como personaje) el indie de Bryan fuera introducido como “novato” en el nuevo programa de televisión de la WWE, NXT. Daniel fue guiado por The Miz, una ex-estrella de reality que se convirtió en luchador. Su camino para las grandes ligas no podría haber sido más diferente que el de Bryan. The Miz abrió el show diciéndole a los fanáticos que Daniel era un “Internet darling” (término despectivo que apunta a alguien querido por el fan smart) y que tenía que mostrar personalidad para tener éxito en WWE.

Las palabras de The Miz eran el eco de la creencia de WWE de que los luchadores independientes no eran los grandes personajes que podrían capturar la imaginación del público en general, o del informal espectador de televisión. Sea como sea, la tenue relación entre WWE y la escena independiente estaba ahora en exhibición en el mundo ficticio de WWE por primera vez. El líder de la industria había reconocido que había una subcultura del wrestling cuya influencia era innegable.

El camino de Daniel Bryan al evento principal de Wrestlemania 30 fue poco probable. En medio de su debut en el 2010 y Wrestlemania 30 en el 2014, trabajó principalmente en luchas preliminares. Pero su popularidad se había vuelto innegable, y lo llevó a luchar por el WWE Championship en el evento principal de Summerslam en agosto de 2013. Sin embargo, Bryan perdió el título y pasó de nuevo a un segundo plano.

De acuerdo al escritor de deportes Jonathan Snowden, Bryan no logró el éxito financiero suficiente como el principal atractivo de un PPV importante. El mismo Vince McMahon, le dijo a los accionistas que Summerslam 2013 fue un “meet and greet”. Parecía que The Miz tenía la razón en el 2010 y que a Daniel Bryan le faltaba el atractivo para ser Main Stream. Sin embargo, la popularidad de Daniel Bryan nunca se desvaneció, y sus fanáticos estaban empeñados en mostrar su apoyo. En otras palabras, la opinión del mercado de valores sobre Bryan no fue compartida por los mismos asistentes.

El 9 de diciembre de 2013 en Monday Night Raw, WWE realizó una ceremonia para unificar los dos campeonatos mundiales de la compañía, mientras que el nuevo campeón se decidiría en el siguiente PPV. La ceremonia fue precedida por Stephanie McMahon y Triple H, y también participaron un grupo de ex-campeones, entre ellos Daniel Bryan. El segmento debía incluir un diálogo preparado entre McMahon, Triple H y los participantes del encuentro por el campeonato: John Cena y Randy Orton. Sin embargo, los procedimientos fueron interrumpidos por la audiencia en vivo de una manera que secuestró el show.

La multitud comenzó a cantar implacablemente el nombre de Daniel Bryan sobre el parlamento guionizado de un Triple H visiblemente nervioso y no tuvo más remedio que reconocer a la multitud. Mientras que Daniel Bryan se reía en la esquina del ring. Bryan se suponía que tenía simplemente un papel de fondo en el espectáculo, pero la audiencia en vivo lo lanzó al centro de atención, para gran consternación de la producción de WWE. Parecía que a partir de este momento, la empresa no tendría más remedio que ceder, pero en su lugar continuó dándole empuje a otros talentos a expensas de Bryan, casi como un insulto directo al público televisivo.

El 26 de enero de 2014, la WWE celebró Royal Rumble. Daniel Bryan había luchado y perdido en un encuentro preliminar en el show, pero la audiencia en vivo clamó a Bryan para que también participara en el Royal Rumble match. La gente no se mostró tímida con respecto a mostrar su apoyo durante el combate, cantando su nombre en todo momento y abucheando a casi todos los demás participantes. Sin embargo, la aparición de Bryan en el combate no se iba a dar.

Cuando el favorito de los fanáticos Rey Mysterio entró de n° 30, la multitud procedió a abuchearlo de forma despiadada. El ambiente en la arena desde este punto fue surrealista, con la multitud expresando en voz alta su desaprobación por todo lo que veía. Finalmente, el combate fue ganado por Batista, cuyo enojo por no haber sido aceptado por la multitud era evidente. En el futuro, WWE ya no pudo negar el poder de la audiencia en vivo sobre el mundo ficticio que se les presentaba. El público quería a Daniel Bryan y si la WWE continuaba defraudando a la gente, lo haría a riesgo de que su principal show Wrestlemania, también fuera secuestrado.

Originalmente, Wrestlemania 30 iba a ser encabezado por Batista, una antigua cara, desafiando al campeón actual Randy Orton. Además, ambos eran ex-protegidos de Triple H. Sin embargo, WWE cambió el guión y de repente empujó a Daniel Bryan a la historia principal en Monday Night Raw, en el episodio del 10 de marzo de 2014. Esa noche, Bryan reunió a un grupo de sus fans, llenó el ring en medio de la arena y le exigió a Triple H un combate en Wrestlemania 30. Sería un encuentro que si Bryan ganaba, le daría un lugar como tercer participante en el combate por el WWE Championship.

El personaje de Daniel Bryan, literalmente secuestró el programa de televisión ficticio al igual que lo había hecho la audiencia simbólicamente antes. WWE lo llamó “Occupy Raw” como un guiño al movimiento “Ocuppy” de Wall Street. El enojado Triple H, como símbolo del poder corporativo, estuvo forzado a arrodillarse ante las masas unidas. Finalmente accedió a las condiciones, estableciendo el escenario para que Bryan triunfara contra todo pronóstico.

Esencialmente, WWE se apropió del movimiento popular de la vida real detrás de Daniel Bryan y lo convirtió en una gran historia dentro de su mundo ficticio. El hecho de que a WWE le tomó realmente tanto tiempo reconocer lo que querían los fanáticos solo hizo más grande el clímax. Bryan abrió Wrestlemania 30 derrotando a Triple H y cerró el show derrotando a sus dos protegidos, Batista y Orton. Y de pasó ganó también el WWE Championship, todo en frente de 75.000 fanáticos.

Que la situación de Daniel Bryan efectivamente haya trascendido a los fans smarts y llegó a la escena Main Stream puede ser debatido. Wrestlemania 30 fue un éxito financiero, pero es difícil decir si se debió a Bryan o simplemente al hecho de que Wrestlemania es el show más grande en el calendario de la WWE y que todos los Wrestlemanias son considerados exitosos.

Lo que no se puede debatir sin embargo, es que las audiencias en vivo de este tiempo dictaron la historia principal que la WWE debía contar. La gente quería ver al gigante corporativo que es WWE de rodillas, delante de ellos, tanto en el mundo ficticio como en la vida real. Concedido, WWE en última instancia cosechó las recompensas financieras, pero el empoderamiento que sintió la audiencia cuando Daniel Bryan consiguió su Wrestlemania moment fue palpable.

Profesor de Historia, conocido en las redes sociales como Meñique. Bienvenido a un reino en que está prohibido hablar bien de las últimas temporadas de Games of Thrones y dónde la religión oficial es el culto a don Minoru Suzuki.

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