El show que tuvo el regreso de Jon Moxley y la genial promo de Jericho quien se llamó así mismo “Demo-God”, logró 788.000 espectadores versus los 631.000 de la marca amarilla.
Lo más sorprendente viene de la mano de las demografías entre los 18 y 49 años, con Dynamite logrando la quinta posición, superando a la Nascar, un noticiero de la CNN e incluso a la UFC.
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Por su parte, NXT quedó en el lugar 49 con 0.14, lejos de los 0.29 de su competencia.
A pensar en la próxima estrategia amigo Triple H y don Vince, pueden llamar a Roman Reigns para que enfrente a Keith Lee.
Periodista. Conocido en las páginas de wrestling de habla hispana como "Shut the hell up". Jericho es mi guía y Bryan mi pastor. En Twitter: @cmelendezm.