Fraude al interior del CMLL
El luchador Jesús Juárez Rosales, mejor conocido como KeMonito, ha hecho pública una denuncia en contra del CMLL y su tutelar, Salvador Lutteroth Lomelí, por el delito de fraude en grado de autoría, esto tras haber sido despojado de su personaje.
Según cuenta Infopolitano, el enmascarado realizó esta denuncia, tras dar a conocer que la empresa de lucha libre mexicana, habría presentado a un impostor durante la función celebrada el día domingo 24 de septiembre. En la denuncia interpuesta por el ex-manager, Jesús ha dado a conocer múltiples detalles respecto a los malos tratos que tuvo que soportar durante décadas por parte de la compañía, además de varios pagos pendientes de los que a la fecha de la publicación de esta nota, aún no se ha sabido nada.
Recordemos que Rosales se dio a conocer como el manager de Tinieblas, mientras portaba el personaje de Alushe, no obstante tras ser llamado por Franciso Alonso Lutteroth, este le propondría convertirse en la mascota oficial de la compañía, pasando a usar el traje característico de KeMonito, debutando de manera oficial el día 20 de noviembre del 2002. Ganando gran popularidad, tras lo cual comenzaría a realizar diversas apariciones como parte del stable, La Universidad de los Guapos, en compañía de Shocker. Siendo bautizado como KeMonito por el comentarista Alfonso Morales.
Los abusos de poder por parte de CMLL
Rosales también procedería a explicar como tras regresar a la compañía tras varios meses de inactividad debido a la pandemia del Covid-19, notó que su salario había sido reducido, además de obligarlo a firmar un nuevo contrato, a lo cual se negó, argumentando un adeudo pendiente con grupo Bimbo. Hasta que finalmente fue presionado para retirarse.
Finalmente Rosales dio a conocer que durante sus últimos meses en la compañía, fue victima de acoso y otro tipo de presiones por parte de algunos elementos de CMLL, con el fin de que se retirara sin luchar los adeudos pendientes. Siendo una de las muchas víctimas de la mala práctica de algunas compañías, quienes suelen registrar los nombres y personajes de sus luchadores sin su autorización, tal como fuera el caso de L.A. Park con AAA, mismo que lo llevó a entablar una demanda que duró varios años por el derecho de su nombre.