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Thisn’t Wrestling: La lucha libre y la mafia de las apuestas arregladas

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Las apuestas y los orígenes de la lucha libre

Hoy en día hay un nicho de apostadores en la lucha libre y especialmente en WWE, que conscientemente se juegan sus billetes en un deporte no convencional y que saben que está arreglado. Es decir, la apuesta real no es predecir que luchador vencerá sino que cuál es el bookeo que se hará al respecto.

Hace muchos años también habían apuestas en la lucha libre, pero con un enfoque muy distinto. Iniciando el siglo XX no había una gran diferencia entre el wrestling y el box. Ambos eran deportes de combates legítimos que se realizaban sobre un ring y dónde dos peleadores se mataban a golpes para obtener la victoria. Los apostadores veían una competencia legítima y le apostaban al luchador que creían que iba a ganar.

También y al igual que como suele pasar con las apuestas deportivas, hubo personas que supieron hacer más rentable de lo que era ese negocio: convencer al apostador de poner su dinero en un luchador, una “apuesta segura” y arreglar los resultados para quitarle su dinero. A veces esto ocurría con extensas organizaciones mafiosas orquestando todo.

Para el fraude un reclutador convencía a un apostador ingenuo y arriesgado de hacer esa “apuesta segura”, a veces utilizando a un amigo mutuo. Luego, los apostadores estafados perdían contra apostadores de la banda, que apostaban por el luchador “no favorito” que ganaba de una manera sorprendente. Posteriormente, los estafadores les daban la oportunidad de recuperar el dinero con otra “apuesta segura”.

Se ha reportado que se ganaba bastante dinero con esta estafa y que en contraste las condenas y multas eran bajísimas. En parte porque costaba involucrar a las víctimas en los casos y tener testigos. Los apostadores no querían darse a conocer públicamente y menos admitir que habían sido engañados de esa manera.

Las raíces en la estafa

El auge de las apuestas arregladas ocurrió al mismo tiempo y se entrelazó con un proceso clave en la historia de la lucha libre: el cambio de luchas legítimas a luchas arregladas para contar una historia. Mientras que los luchadores veían que era más divertido para la audiencia arreglar el combate, otros pudieron darse cuenta del engaño y lo aprovecharon.

Después de todo, las raíces mismas de la lucha libre implicaron estafas. Tal como lo planteaba Dalbir Sehmby en su artículoWrestling and Popular Culture”, la lucha libre tiene raíces en los carnavales itinerantes y ahí los antecesores de los futuros luchadores se dedicaban a engañar a los espectadores con el truco de vencer al hombre fuerte:

Para pasar el tiempo entre batallas militares, los soldados de la Guerra Civil estadounidense luchaban entre sí y los ex soldados llevaban sus habilidades a ferias del condado y espectáculos itinerantes donde desafiarían a alguien en la multitud local a una pelea improvisada, agitando una apuesta saludable como tentación financiera“.

Motivado por el orgullo y atraído por el dinero, un entusiasta local aceptaría el desafío solo para terminar avergonzado por el profesional. Y como dice la leyenda, para atraer a la gente a la pelea, el luchador de carnaval a veces tendría una “planta” en la audiencia”.

“La planta” tendría una buena batalla y perdería por muy poco, convenciendo a la audiencia de que podrían terminar lo que la “planta” casi podría hacer”. Entonces, como un tiburón en una piscina, el hombre fuerte derrotaría al local ansioso y se iría con el dinero“.

Luego la lucha libre evolucionó a un deporte legítimo, pero fue inevitable que se volviera a convertir en una trampa para sacarle dinero a los espectadores, a través de las apuestas arregladas. Vamos a hablar ahora de dos casos concretos en los que se realizó esta estafa.

La Banda Mabray

Parte de este negocio se desarrolló en la primera década del siglo XX, de la mano de John C. Mabray, un comerciante de caballos de Omaha, Nebraska. Su banda llegó a tener alrededor de 90 personas, incluyendo a estafadores, apostadores y luchadores. En cuanto a las víctimas potenciales, era un grupo variopinto compuesto entre otros por campesinos, banqueros y magnates.

La banda era la que organizaba los eventos deportivos fraudulentos, los cuales eran generalmente de lucha libre o carreras de caballos, aunque también atendían otros. Su base de operaciones estaba en Council Bluffs, Iowa y trabajaban en varios estados, tales como Washington, New Orleans, Missouri y Denver. La puesta en escena de los shows era tan eficiente, que la mayoría de las víctimas no supieron de la estafa hasta que el asunto se destapó en 1910.

De los luchadores envueltos en la estafa, había nombres destacados de la época, tales como Ernest Fenby, JE Coon, Thomas Gay, Ole Marsh y Bert Wagner. Ninguno tuvo un rol tan destacado en la misma como Jack Carkeek. Desde su debut en 1877 amasó varios éxitos como el World Catch-as-Catch-Can Championship y el World Cornish Wrestling Championship en varias ocasiones. Esto también implicó giras por Europa, Asia y Australia.

Carkeek, se había retirado por lesión y volvió al ring para enfrentar a Hali Adali, un turco que tenía una enorme credibilidad. Entonces y para sorpresa de todos, Carkeek ganó tras una batalla épica a Adali. Aparte de estar involucrado en esas luchas arregladas para las apuestas, era el músculo de la organización que hacía los trabajos sucios cuando era necesario.

Otra situación fue la de Ernest Fenby, quién al menos en tres ocasiones fue vendido como la apuesta segura para convencer a las víctimas de apostar por él. Antes de cada uno de los encuentros, Fenby tomó una bolsa llena de sangre, se la metió en la boca por la zona de la mejilla y mientras luchaba la mordió para poder escupir chorros de líquido rojo. De esa manera, vendió inesperadas lesiones graves para justificar sus derrotas.

La banda usaba a menudo el correo para contactar víctimas y eso los hizo caer. Para rastrearlos, la policía fue al servicio postal con sabuesos y así los comenzaron a rastrear. Mabray fue arrestado en marzo de 1910 y una inspección de su baúl reveló numerosos documentos que incriminaban a la banda. La banda terminó de caer con los testimonios de algunas víctimas y de los luchadores Fenby, Coon y Gay.

Mabray, Carkeek y otros socios relevantes fueron condenados a 2 años de cárcel y pagaron multas de $10.000 dólares. Lo último resulta bizarro, ya que se estima que la banda llegó a ganar 5 millones de dólares y en una época en que el dólar valía más de 20 veces lo que vale para el momento en que se escribe este artículo.

Los demás implicados tuvieron condenas menos duras, al grado de que algunos socios lograron eludir la cárcel por completo. Un factor clave de las bajas condenas fue la falta de evidencias. Por lo visto, varias de las víctimas perjudicadas no quisieron testificar producto de la vergüenza pública que implicaba haber sido víctimas de la estafa.

Tras el escándalo, Carkeek siguió involucrado en actividades ilegales, al tiempo que moría su carrera en el wrestling cash. En 1913 fue condenado a seis meses de prisión por tentativa de estafa. Luego su rastro se pierde hasta 1924, su fallecimiento en circunstancias misteriosas en La Habana, Cuba. Carkeek fue desnudado, asesinado y abandonado en un callejón.

La Banda Muncie

La diferencia con el caso de la banda Mabray es que esto funcionó a una escala más pequeña, toda la operación giraba en torno al luchador Billy Schober. De Indianopolis, Indiana, el luchador de nombre real Henry William Schober tuvo una carrera regular de 1909 a 1936. Fue desde septiembre de 1917 cuando Schober se unió a la banda, y comenzaron el negocio de arreglar apuestas falsas según sus victorias y derrotas.

Al igual que otros luchadores de la época, Schober hacía giras luchando en empresas de todo Estados Unidos, lo que fue aprovechado por la banda para ir repitiendo la estafa en varios estados. El 16 de abril de 1919 Schober fue arrestado y también otros tres miembros de la banda. En los días posteriores, cayeron tres más. No hay claridad sobre cuánto dinero llegaron a amasar los tres años en que operaron, pero las crónicas hablan sobre varios miles de dólares.

Schober alegó que no sabía nada de la estafa y que no era un participante consciente de la misma. Entre ese testimonio y en que a diferencia de otros miembros no había pruebas suficientes, salió libre pagando una fianza de $5.000 dólares, poco para lo que habría ganado con la estafa. Además, con ese pago el luchador se libró a grandes rasgos de cualquier otra sanción legal.

Años después, Schober se enfrentó a un problema legal muy distinto. Entre 1920 y 1933 operó la “ley seca” en Estados Unidos, la cual implicó la prohibición de vender y consumir alcohol. Un contexto en el que florecieron los contrabandistas que importaban alcohol desde Canadá. Schober fue uno de ellos y en consecuencia, fue arrestado el 11 de abril de 1928.

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