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Hulk Hogan: una historia llena de carisma y polémicas

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Hulk Hogan

El último adiós de Hulk Hogan

Hoy 24 de julio falleció Terry Bollea, más conocido como Hulk Hogan, quizás la estrella más importante de la historia de la lucha libre. Grandioso e infame, con una historia personal alrededor del wrestling y un actor muy importante en varios momentos, tiene una carrera incuantificable. Pero en esta pequeña remembranza vamos a centrarnos en los detalles clave. Una breve historia del Hulkster.

Terry Bollea fue originario de Augusta, Georgia, donde nació el 11 de agosto de 1953. En 1977 comenzó su incursión en el wrestling y fue entrenado por Hiro Matsuda en su escuela, un reconocido luchador japonés tan estricto que le rompió una pierna a Bollea en medio de sus entrenamientos. Matsuda había sido un compañero de Antonio Inoki en la JWA (Japan Wrestling Asociation), otro nombre que sería clave en la carrera de Hogan.

Tras dos años de intenso entrenamiento nacía la bestia de dos metros al poco tiempo conocida como Hulk Hogan. Ya por entonces, se hacía evidente su carisma, quizás su mayor aptitud. Por qué tal vez en ejecución o psicología in-ring nunca fue una luminaria (se aceptan críticas y opiniones contrarias sobre ese punto), pero en lo que es carisma, su capacidad de involucrar al público era colosal y una de las mayores que se ha visto en la historia del wrestling.

Los promotores vieron a este carismático bruto gigante y lo dejaron ascender relativamente rápido. Así es como tras merodear en empresas poco relevantes, WWF (como era conocida WWE por entonces) en 1979 fue la primera gran oportunidad de Hogan. En plena época de territorios, WWE en esos tiempos solo dominaba el noreste de USA, con un enfoque especial en New York. Y Hogan tampoco logró gran cosa ahí en este primer run que concluyó en 1981.

Lo realmente relevante para Hogan en su primer paso por WWE, fue la conexión con NJPW, los grandes aliados de la empresa en esos años. Llegó a Japón como un midcard en 1980 y su trabajo gustó tanto al público japonés como a Inoki. De ese modo, luego cuando salió de WWE siguieron llamándolo. Al mismo tiempo, buscaba establecer su nombre en la AWA de Verne Gagne, otra empresa clave de la época de los territorios.

El real vuelco en la carrera de Hogan ocurre en 1982 con su participación en Rocky III, una saga que encadenaba éxito tras éxito en taquilla. De ser un tipo popular de por sí, se convirtió de repente en una de las mayores estrellas estadounidenses. En New Japan vieron oro y Hogan se convirtió en uno de los únicos luchadores en derrotar a Inoki en NJPW, victoria con la que además se convirtió en el campeón inaugural del título IWGP (en su primera versión).

Lo lógico es que Gagne también hubiese impulsado a Hogan a la luna en la AWA. Pero tal cosa no ocurrió, Verne quería que la mayor estrella de la empresa fuese Nick Bockwinkel, un técnico, no un Powerhouse. Verne era consciente de que Hogan había opacado a Bockwinkel en popularidad y aun así se negaba categóricamente a darle el título, sacando la excusa de que la persecución del mismo era el arco de Hogan.

Paralelamente, en 1982 Vince McMahon sr. se retiró del negocio y le vendió WWE a su hijo Vince McMahon jr, el Vince que todos conocemos. Vince sr. había respetado el sistema de territorios, pero Vince jr. planeaba destruirlo acaparando las estrellas de la competencia, siendo una de ellas Hogan. Vince fue consciente de su frustración con la AWA y le prometió el título mundial si firmaba con WWE. Hogan aceptó y un mes después se proclamaba campeón mundial de WWE tras vencer al Iron Sheik.

Con un roster liderado por Hogan, WWE se convirtió rápidamente en la promoción n° 1 de USA. Influyó el acaparamiento de nombres grandes de otras empresas, pero también los acuerdos televisivos que se superponían a empresas que solo emitían su contenido en la TV local y a veces ni así. De un momento a otro, WWE llegaba a ciudades y Estados, y se volvía más popular que empresas que llevaban décadas dominando.

Una buena pregunta es si hubiesen logrado todo ese éxito independiente de la presencia de Hogan, ¿Lo que se conoce como Hulkamania lo hubiese logrado otro si no estaba él? Difícil saberlo, pero lo concreto es que fue con él al centro. En 1987, WrestleMania 3, en un escenario enorme y con un récord histórico en visualizaciones de PPV de wrestling, le hizo el BodySlam al invencible Andre The Giant y lo derrotó. El más recordado de los ocho WrestleMania que terminó estelarizando.

Pero había alguien que no estaba precisamente encantado con Hogan y eran los otros luchadores. Porque si bien a él le pagaban una fortuna por hacer lo que hacía, el resto del roster era mal pagado en líneas generales. Esto y sus precarias condiciones laborales llevaron a que Jesse Ventura intentase iniciar un sindicato. Pero era consciente de que si no tenían de su lado a Hogan, nunca iba a funcionar. Así que intentó convencerlo: Hogan dijo que no y además los delató con Vince.

A inicios de los 90s Hogan intentó seguir profundizando su carrera en el cine, pero fue un fracaso. De hecho, las carreras cinematográficas de The Rock, Batista y John Cena opacan lo poco que logró en el cine, y por lo mismo Hogan no se pudo retirar a sus treinta y tantos como pretendía. Parecía que entonces retomaría su carrera en WWE, pero al poco tiempo de volver, les dio la espalda. WCW había surgido como una lucrativa y masiva competencia, y en 1993 Hogan partió hacia allá.

En primera instancia, el run de Hogan en WCW no funcionó al nivel esperado. Pretendían repetir lo que fue la WWE de los 80s y la audiencia no respondía tan bien. Hasta que en 1996 llegó el giro de tuerca supremo: en Bash at the Beach 1996 tuvo uno de los turn heels más recordados de todos los tiempos y encabezó el NWO, quizás el stable más famoso. Había renacido como Hollywood Hulk Hogan. Pero el momento en que WCW se alzó como la empresa número uno de USA terminaría siendo increíblemente breve.

Se ha dicho que una de las claves del colapso de WCW fueron las pésimas decisiones creativas que se tomaron en sus últimos años. Decisiones que estaban matizadas por el increíble ego y poder creativo de algunos de los luchadores, entre ellos Hogan precisamente. En WWE ya se había hecho la mala fama de ser alguien que eternamente quería ponerse over a sí mismo, pero al menos no quedaban dudas de la autoridad de Vince. En WCW más bien, se dice que hacía y deshacía con autorización de Eric Bischoff.

Tras la muerte de WCW, Hulk Hogan regresó a WWE el 2002 y si bien tuvo una memorable lucha contra The Rock en WrestleMania X-8, el público había cambiado, ya no se sentía tan grande como en las décadas previas. De hecho, poco se comenta el fracaso que fue el gimmick de Mr. America. Sus esporádicas apariciones de los 2000s no fueron más que el clásico acto de nostalgia que a WWE tanto le gusta lanzar hoy en día. Al mismo tiempo, intentaba sin éxito hacerse un lugar en la televisión de USA con un docureality de su familia.

Pero Hogan se resistía a morir y al final de la década sorprendió uniéndose a TNA. En unos años 2000s en dónde WWE corrió sola en USA y en términos monopólicos, TNA surgió como un intento de alternativa. Jamás tuvo la taquilla, éxito económico y difusión de AEW, pero definitivamente se había convertido en la empresa más conocida del mundo después de WWE. Y terminando el 2009 intentaron hacer su gran salto compitiendo con Monday Night RAW los lunes, una de las apuestas más arriesgadas que se han visto en el negocio.

Hogan probablemente aportaba algo a nivel de imagen. Pero de seguro, se golpeó en la cabeza el que decidió ponerlo a tomar decisiones creativas con Bischoff. La apuesta de TNA fue un desastre financiero y a nivel de imagen. Incluso, a lo largo de los 2010s deja de sentirse como la segunda empresa más grande. Lo peor para Hogan, es que fue en esas nefastas condiciones cuando tuvo los últimos combates de su carrera. Su última lucha de hecho, fue el 2012 en un multitag olvidado de un House Show en UK.

A mediados del 2010 Hulk Hogan hizo un nuevo regreso a WWE, antes de ser súbitamente despedido el 24 de julio del 2015, hace exactamente 10 años. Se había difundido una grabación del 2012, tres años antes, donde se le veía teniendo relaciones sexuales con la mujer casada de un conocido locutor radial, Bubba the Love Sponge. Pero eso no fue el motivo del escándalo en sí, más bien lo fueron los comentarios racistas de Hogan. De un momento a otro la gente comenzó a tenerle aversión.

Hogan llegó a un acuerdo de 31 millones de dólares por la filtración con Bubbah, el responsable de la filtración. De hecho, Hogan estaba en quiebra y le sirvió para arreglar sus deudas. Asimismo, recuperó el favor de WWE y volvió a tener apariciones como leyenda invitada. Pero el público nunca se la perdonó y las abucheadas lo persiguieron el resto de su carrera. Y para terminar de reafirmar ese odio, el año pasado se metió en los mítines republicanos a favor de Donald Trump.

Increíblemente, más de una década después del desastre de TNA, Bischoff y Hogan nuevamente decidieron que era propicio volver a colaborar en una promoción: Real American Freestyle. Y justo ahora a un mes de su show debut, la vida de Hogan se extingue a los 71 años. Tan inesperadamente como llegó una fuerza llena de carisma y polémicas que remeció al wrestling, ahora se despide con un estruendo final. Porque si algo supo hacer Hulk Hogan a lo largo de su carrera, es ser bueno llamando la atención.

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Profesor de Historia, conocido en las redes sociales como Meñique. Bienvenido a un reino en que está prohibido hablar bien de las últimas temporadas de Games of Thrones y dónde la religión oficial es el culto a don Minoru Suzuki.

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