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“No vendió el finisher copiado”: Búscate un problema honesto

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El finisher y un problema no honesto

Para entender el drama con el uso del finisher, hay que repasar primero una situación muy generalizada en la lucha libre. En las redes de los fandom a menudo se lee la frase “búscate un problema honesto”, haciendo alusión a problemáticas que parecen solo existir en las cabezas de los mismos fans.

No es que en el backstage o fuera de él no hayan temas realmente graves, ya hemos revisado muchos de ellos a lo largo de la sección This Isn’t Wrestling. Han habido asesinatos y condiciones inseguras para luchar que terminaron en fallecimientos, así como también luchadores asesinos o agresores sexuales. Y a eso le podemos agregar otro sinfín de dilemas éticos en la profesión.

También hay luchadores que pelearon o generaron polémicas por temas menos serios. Wrestlers que se enojaron porque les pegaron demasiado fuerte en un combate, porque no los saludaron en backstage, porque un colega les robó fármacos y un largo etcétera. En una profesión llena de ego, testosterona y excesos a veces se disparan los conflictos más absurdos posibles.

Pero hay problemas que solo parecen interesarle a los fans y a los creadores de contenido que los tienen de público, y son problemas que no parecen tener implicancia ética alguna. A diferencias de muchos fans, los luchadores generalmente entienden que el Main Eventer generalmente no pierde, que un amigo no deja de serlo si se va a la competencia, que el luchador que genera más dinero es a quien tomarán más en cuenta o que Dave Meltzer no es omnipresente.

La semana pasada Will Ospreay luchó durante una hora contra MJF en un AEW Dynamite, lucha en la que perdió el International Championship. En el transcurso de la misma, Ospreay realizó el Styles Clash, el finisher de AJ Styles y no tuvo mayor trascendencia en el resultado del combate, provocando que la situación fuera criticada por algunos fans en redes. Obviemos que en realidad lo viene usando como move de transición desde hace mucho antes de la polémica.

Una respuesta del tema revivió otra situación reciente: el mismo AJ le hizo a Cody Rhodes el Burning Hammer en Backlash 2024 y Cody zafó a la cuenta de 1. Esto se prestaba a una polémica mayor quizás, porque más que un finisher de Kenta Kobashi era una especie de “súper finisher” (algo así como el AA desde la tercera cuerda). Kenta solo lo utilizó siete ocasiones en combates muy difíciles y cada vez que lo hizo consiguió el pin.

En su momento me molestó mucho el poco respeto de WWE por el Burning Hammer pero tras la ducha para matar la suciedad de la ciudad, debo decir que no estuvo mal y menos lo que pasó con el Styles Clash. Lo que hay que entender es que el Burning Hammer cobra valor no por el move en si, sino que porque su ejecutor era Kobashi. Tal como el Styles Clash que vale es el que hace AJ. Ellos son los que hicieron significativos sus moves.

Es como cuando pensamos en el Lariat. ¿Cuántos luchadores lo utilizan como move irrelevante? Un montón. Y aún así, es increíble la cantidad de luchadores que lo han tenido de finisher. De hecho, pensando solo en Japón y descartando variantes del Lariat como el Rainmaker de Kazuchika Okada, cuatro nombres relevantes de la historia del país lo usaron de finisher: Stan Hansen, Riki Choshu, Satoshi Kojima y en ya mencionado Kobashi.

La locura es que un Lariat podía ser absolutamente irrelevante si el que lo aplicaba era el British Bulldog, efectivo pero no tanto (a veces necesitaba más de uno para ganar) si lo hacía Choshu y absolutamente letal en caso de que lo hiciera Hansen. De hecho, la única manera de sobrevivir al Lariat de Hansen era caer fuera del ring. La espada no importa, lo que importa es la mano que la esgrime. O dicho de otro modo, si a Michael Jackson le salía genial cantar Beat It, no necesariamente me va a salir bien a mí.

Otro ejemplo, las Walls of Jericho. No las inventó Jericho y cuando no las hace él son conocidas como Boston Crab, una de las sumisiones más utilizadas en la lucha libre y no se suelen utilizar para terminar ningún combate. Pero claro, las utiliza Jericho y tenemos la llave que ha hecho caer a varios grandes a lo largo de la historia. Y así hay muchísimos casos más, en un universo enorme de luchadores.

En general esto es frecuente que suceda hasta por lógica. Entre tantos luchadores, es díficil tener un moveset que no incluya uno o varios moves que no sean finishers de otros luchadores. Así como también, es perfectamente comprensible que más de algún luchador tenga el mismo finisher o uno extremadamente parecido.

Lo mejor del debate es que en vez de hacerse el ofendido por el asunto del Styles Clash, el mismo AJ Styles dio el mejor argumento posible para terminar con la discusión insulsa: “¿Por qué crees que me molesta que alguien más esté haciendo mi movimiento? Todos lo hacemos. ¡Es lucha libre! Creo que al menos es una muestra de agradecimiento“.

El propio Styles entendió que aparte de ser una repetición de una práctica extremadamente común del mundillo, hay hasta algo un real homenaje ahí, porque después de todo, fue el primero en popularizar el move. Es como cuando pensamos que realmente el mayor reconocimiento de la carrera de Jake Roberts no es ninguno de los títulos que ganó (que no fueron muchos la verdad) sino que el hecho de haber sido el aparente creador de un move tan difundido como el DDT.

Y si un terraplanista pudo entenderlo, cualquier fan también puede.

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Profesor de Historia, conocido en las redes sociales como Meñique. Bienvenido a un reino en que está prohibido hablar bien de las últimas temporadas de Games of Thrones y dónde la religión oficial es el culto a don Minoru Suzuki.

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