Recordando el Kurt Angle vs “Stone Cold” Steve Austin de SummerSlam 2001

Análisis en tres miradas de un clásico para toda la vida: Kurt Angle vs “Stone Cold” Steve Austin en SummerSlam 2001.

Por Cesar Ignacio (Rockstar).

Invasion 2001, el viejo Austin face había regresado. Tras trabajar unos meses como heel, decidió unirse al Team WWE de Vince. Por otra parte, Kurt Angle, quien había sido heel durante toda su carrera pasaba a ser un chico bueno. En dicho combate por equipos de 5 vs 5, Angle había tomado un papel bastante protagónico, y tenía todas las de ser el héroe cuando estuvo a punto de vencer a Booker T. Pero el shock se instaló en todos cuando Stone Cold lo traiciona a él y al equipo, para que así la Alianza se llevará el primer round en esta larga storyline.

Las cosas siguieron su sentido lógico. Angle había quedado muy bien parado y tenía el status para ser el primer retador de la Serpiente Cascabel. Y es así como en un build-up bastante agresivo y al ritmo de “Bodies” de Drowning Pool, llegamos a este encuentro donde no solo el titulo máximo estaba en juego, sino también el honor de la compañía.

Que más puedes pedir cuando un combate que está llamado a ser un brawl, empieza como brawl fuera del ring. Primero unas miradas que dicen mucho más que mil palabras y luego a los golpes. Inicio perfecto.

Este match no es un finisherfest ni ninguna de esas tonteras que se hacen hoy en día para buscar el aplauso fácil. La primera Stunner no es decisiva porque Angle aún no está muy dañado, y en la segunda la suerte le juega a favor y cae fuera del ring.

Es genial como un ofuscado Austin estrella a Kurt con el postr para hacerlo sangrar. Bendita sea la sangre en el wrestling, que herramienta más bella para hacer que haya aún más empatía con tu face que ya es querido por todo el público. Porque la gracia no es solo hacerlo sangrar, sino abrirle más la herida con terribles puñetazos como lo hace Stone Cold. Esta masacre si se puede ver, cof cof Roman y Lesnar.

Pocos manejan la psicología tan bien como Austin. Luego de la brutalidad fuera del ring, mete dentro a Angle para cubrirlo y como la cuenta no llega a 3, lo saca para seguirle dando. Un genio. Sin embargo, Angle con astucia, revierte la situación y logra un pequeño dominio fuera del ring que le sirve para arrastrar a su oponente dentro, a la mala, aplicando un brutal Angle Lock que vuelve a dañar el tobillo de Stone Cold.

Cerca del desenlace del match, llega la tercera Stunner, la que parecía definitiva, pero Angle consigue hacer kickout ¿Superman? Para nada, ¿por qué? … porque las dos anteriores las recibió casi al principio del combate. Le queda un resto para resistir una más. Además en el contexto de la storyline, el olímpico está luchando para llevar el oro de vuelta a la WWE, no es un combate más.

Al  final Stone Cold se da cuenta que no puede vencer a Angle y no quiere correr más riesgos, así que empieza a golpear a los árbitros para buscar la descalificación. Al fin la consigue por medio de Nick Patrick, que claramente era parcial hacía la Alianza. Austin se va sin perder, aún con mucho status, ya que en ningún momento le pasaron por arriba, mientras que Angle se va como top face. Un héroe que no se dio por vencido y con la sensación de que podría llegar a vencer a Stone Cold.

Genial joya, uno de los mejores brawls ever. Para mí el final en DQ no ensucia lo ocurrido, ya que el ambiente y desarrollo a big match no se lo quita nadie, quedó como un clásico, independiente de que no hubiera ganador por pin o submission.

Consideraciones finales: una de las mejores performances de ambos, Stone Cold es Dios.

Valoración: 5 jumbitos.

Por Ignacio Salvo  Colomo (Nacho Meñique).

El build-up es importante para entender la apertura del match. En primer lugar porque Kurt Angle odiaba a Austin con todo su ser, luego de su traición en el PPV anterior. Eso explica porque en medio de la entrada de Stone Cold, el olímpico se lanzó con todo en un brawl furioso. Por otro lado, en los segmentos previos al combate Austin había atacado con una silla a la rodilla de Angle, lo que le facilitó el limbwork a la zona.

La primera fase entonces tiene a un Kurt Angle enojado y que va al choque sin medir las consecuencias, dejando de lado la estrategia. La “Serpiente cascabel” en cambio, lo recibió frió y calculador, muy fiel a su apodo. Primero probó con seguir castigando la rodilla de Angle, luego pasó al cuello y finalmente a esa salvaje fase en que lo hizo chocar varias veces su rostro contra el poste. Kurt estaba sangrando, mareado y en general destruido, pero aún así seguía resistiendo. Aguantó la primera Stunner, el Cobra Clutch (antiguo finisher de Stone Cold) y una tercera Stunner luego de todo el castigo acumulado.

Después llega esa fase en que Steve Austin busca que lo descalifiquen con tal de retener y en la que ataca a varios árbitros que no le quieren dar el favor. Esta actitud del calvo demuestra ante todo la desesperación. La misma que en Wrestlemania X-7 lo había llevado a vender su alma al diablo. Es un ace que ha sufrido el paso de los años y las lesiones, y que es testigo del ascenso de otros capaces de ocupar su lugar. Por eso, Stone Cold está dispuesto a romper todos los límites con tal de no cederle el título a Angle.

Los finales con descalificación suelen ser criticados, pero creo que en esta ocasión fue muy indicado. Si Angle perdía, echaban a perder la storytelling de Stone Cold incapaz de hacer el pin. Por otro lado no era el momento de que Kut ganase, considerando que al principio parten con reacciones divididas, evidencia de que es un público aún encariñado con el ex-face Stone Cold y que aún no olvida al odioso Angle. Sin embargo, ahí está lo principal para entender clave el final. Es tan injusto que era imposible no terminar de empatizar con Kurt y querer verlo campeón. El olímpico se ganó a la grada en el transcurso del combate, pero esto fue una puntada final impresionante.

Hay un par de detalles del match que no me gustaron tanto, especialmente en la coherencia de las ofensivas. Pero en líneas generales, la storytelling es tan tremenda que se come todo lo demás. De hecho, le allanaría el camino a Angle con el público de cara a lo que fue su gran coronación en Unforgiven.

Valoración: 4 jumbitos y medio.

Por Alonso Salazar (Hit).

Sin duda alguna, es mi combate favorito de Kurt Angle en toda su carrera y está en mi top 5 personal de las mejores luchas de Austin. No por nada le tengo mucha estima: es un tremendo brawl, en el que ambos (sobre todo Austin) demuestran rasgos de su personalidad para poder salir como vencedor.

Austin estuvo en modo sádico (un ejemplo es cuando empuja a Angle al poste como 4 veces), demostrando porque fue la figura de WWE durante todo ese año. Angle, como buen face (su mejor momento en ese rol), pudo resistir ante el daño provocado por “The Texas Rattlesnake”, que tuvo que recurrir a artimañas y a otras variantes, como el “Million Dollar Dream”, al igual que en sus enfrentamientos más duros.

El campeón olímpico pudo arremeter contra la ofensiva de Austin gracias a su trabajo en las piernas y en el tobillo, a través de varias Ankle Lock y también trabajó la zona de la espalda y el cuello, para aplicar el Angle Slam de manera más efectiva. Quizás, el uso de la Stunner puede ser algo exagerado (3 veces), pero que esos detalles se justifican bien con otras acciones durante el transcurso del enfrentamiento. El uso de sangre es brillante, ya que se le requería para explicar la brutalidad de las acciones durante el transcurso del match y le coloca dramatismo al mismo.

Probablemente, el final le puede restar a la valoración del match, ya que termina de una manera algo confusa para el espectador que no entiende el contexto de la “Invasion”. Sin embargo, como yo sé el contexto y como entiendo la decisión del match (proteger a tu top heel y proteger a tu segundo face más over después de The Rock), no afecta en nada.

Si no fuera por el Main Event de Wrestlemania X-Seven, sería mi MOTY de ese año en la compañía.

Valoración: 5 jumbitos.

Hablando de Stone Cold Steve Austin, quizás te interese otro clásico suyo: contra Dude Love en 1998.

Daniel Bryan vs Sheamus, Extreme Rules 2012

De ahora en más el “En tres miradas” pasará a ser una sección de la página, pensada principalmente para las previas antes de un determinado evento ya sea de WWE u otra empresa. Por su puesto, puede que se use para recordar otros matches en cualquier momento.

Este domingo 15 de julio se llevará a cabo un nuevo Extreme Rules, evento que el año 2012 tuvo, por lejos, su mejor edición. Y ahí supo destacar la lucha ente Daniel Bryan y Sheamus: un clásico instantáneo.

Por Carlos Matamoros.

La popularidad de Daniel Bryan estaba empezando a llegar a un punto bastante álgido. La suma discordia encontrada en sus primeros meses como portador del maletín del Money in the Bank, en donde el interés por este wrestler era muy suprimido, llegando a perder una rivalidad con un Wade Barrett que aún no lograba despegar del todo, hacían creer que quizás no era tan buena idea haberle dado tal logro. Sin embargo, la historia empieza a cambiar con el pasar del tiempo, cuando decide interrumpir aquella acalorada historia que involucraba a Mark Henry, un gran monster heel, y al Big Show, quien venía siendo el más aclamado a.k.a. top face de la marca azul. El ser el pequeño en esta historia, le vale para su nueva personalidad. Sería ahora alguien oportunista, que vería la mejor vía libre para poder mantener el cetro que alcanzó luego de destronar al Big Show. En esto, jugaría un papel trascendental la guapa AJ Lee, quien empezó a acompañarlo a todo lugar.

Sheamus por su parte, venía de sorprender a todos al hacerse de la victoria en un Royal Rumble que para todos tenía nombre y apellido: Chris Jericho. Y se debe decir las cosas como son: Sorpresa agridulce. Por un lado, se aplaudía el hecho que un babyface, recientemente renovado en este caso, se haga con la victoria más impredecible del último año, pero a su vez, uno llega a creer que la persona elegida no había sido la correcta. En fin, todo esto pasó a segundo plano, pues la historia ya estaba por contarse. En Wrestlemania, Sheamus lucharía contra Bryan por su World Heavyweight Championship, y en tan solo 18 segundos le iba a arrebatar aquel cinturón que con tanto ahínco había defendido, sea de manera justa o no. AJ Lee, quien había sido pieza clave en el reinado de Bryan, esta vez se convertía en su punto débil.

Dicho esto, llegamos a Extreme Rules, donde la estipulación escogida para la revancha por el título era un 2-out-of-3 Falls Macth. Aquel luchador que logre dos caídas entre tres, era aquel que iba a llevarse el campeonato. Para esto, Bryan llega solo al ring, sin AJ Lee. El público está metido con él y con sus cantos de “YES! YES! YES!”. A pesar de ser el rudo, goza de gran apoyo por parte de la gente de Chicago. Sheamus, como era de esperarse, llega con una reacción mixta. Ahora, hablando netamente del combate, debo decir que si muchos nos quedamos con las ganas de ver algo bueno en Wrestlemania y no aquella burla de 18 segundos, esta vez superaron muchas expectativas, pues la lucha es… mmm… prometí no decirlo, pero sí… es maravillosa.

Las tres caídas se me hicieron cortas. Fácilmente puedo ver algo así durante mucho tiempo. Cuando se cuenta una buena historia en el ring, tomando en cuenta factores luchísticos, físicos e históricos, te das cuenta que no es necesario abusar del exceso de tiempo o del big move para demostrar algo tremendamente coherente. D-Bry y Sheamus lograron plasmar la idea principal: Uno es más fuerte, pero el otro es más rápido e inteligente. El inicio de la lucha muestra lo primero, un Sheamus fuerte y potente capaz de imponerse a Bryan en fuerza física, pero a su vez, advirtiendo también a Bryan con aquella Brogue Kick, en un contexto de decir: “No te descuides, yo puedo ser tan rápido como tú”. Sin embargo, es esa rapidez mental y técnica de Bryan lo que le permite contrarrestar y contraatacar al Guerrero Celta. Bryan en un punto sabe que muy probablemente no pueda de fuerza a fuerza, y que posiblemente, no pueda hacerle una cuenta o llevarlo a la rendición sin haberlo lastimado mucho primero, razón por la que decide sacrificar “una de sus dos vidas” para lograr aquello. Luego de una serie de patadas que dejó prácticamente K.O. a Sheamus, es descalificado. Solo para que en la siguiente caída, y con mucha alevosía, conecte unas fuertes patadas a un Sheamus que se encontraba apoyado en el esquinero. La YES! Lock haría acto de presencia, y después de casi un par de minutos, logra dejar dormido al aguerrido irlandés, dejando la serie empatada. La última caída sería muy dramática, con un Sheamus que logra contraatacar con su Brogue Kick a un Bryan que, esta vez, no se iba a dejar vencer tan fácil. El combate se vuelve más pausado por el cansancio, pero con toques muy stiff, con golpes fuertes de lado y lado. El punto de quiebre sería aquel Diving Headbutt de Daniel que no iba a lograr impactar al irlandés, lo que sería aprovechado por Sheamus que conectaría un Irish Curse y una segunda Brogue Kick, para llevarse una importantísima victoria.

Intenso, coherente, dramático y entretenido. Cuatro palabras que definen a la perfección este duelo que gozó de un público muy involucrado en cada fase.

Valoración: 5 jumbitos.

Por Cristóbal Meléndez Martin (Shut).

La historia entre Daniel Bryan y Sheamus es bastante tragicómica. Se iban a enfrentar en WM 27 por el título de los Estados Unidos, pero la empresa los manda al kickoff para terminar todo de forma abrupta en cuatro minutos. Luego sería el turno de la edición siguiente del máximo evento con esos infames 18 segundos. Parecía que el destino no quería que viviéramos un real enfrentamiento entre ambos… menos mal esto se revirtió.

Tenían ganas de combatir, se notó, porque dejaron un match soberbio.  Desde el inicio queda claro que acá iba a ver una historia potente, con ese amago -y susto para aquellos que vimos esto en vivo- de  Sheamus buscando hacer la Brogue Kick al inicio. Y es que el irlandés empieza la lucha de esa forma, muy confiado, teniendo en su fuerza su gran aliado. Incluso se da el lujo de aplicar una llave, algo muy alejado de su arsenal en ese momento. Ese punto me parece clave, ya que Bryan se cabrea.

“¿Vas a entrar en mi terreno? Pues bien, entremos”, dice Bryan. De ahí en más todo es inteligencia por parte del retador, quien somete al campeón en llaves, ataques y trabajo a uno de sus brazos. Pierde la primera caída por descalificación porque sabe que puede ganar mucho más de cara al desenlace.

No obstante el “guerrero celta” es un tipo bravo y en todo su trayectoria en la empresa (match incluido) demostró que no era fácil ganarle, más aún con título en mano. Y lo llamativo que a falta de fuerza, también en bienvenida la inteligencia como cuando saca su finisher de la nada tras perder la segunda caída.

Ese inicio de tercer acto es brutal y se va desarrollando bien hasta que finalmente el campeón logra sacar algo de ventaja  y así ganar. Si hubieran alargado un poco más ese desenlace creo que estaríamos ante un match perfecto, me huele a muy “repentino” su triunfo tras la ventaja de Bryan. Aunque también se justifica desde ese segundo aire que logra el irlandés tras conectar su primera Brogue Kick. Fuera de ese detalle menor, estamos en presencia de un muy buen choque.

Acá hay historia, coherencia y drama, todo en una ejecución que resulta de maravillas. Sheamus es un gran wrestler muy poco valorado y Bryan es uno de los mejores de todos los tiempos. Química pura, no por algo Daniel habla tan bien de este encuentro y de su rival.

Valoración: 4 jumbitos 3/4+

Por Ignacio Salvo (Nacho Meñique).

Aún recuerdo que ese amigo que no veía nada de pro-wrestling sabía del Wrestlemania en que el campeón mundial perdió en 18 segundos. Se dice que los bookers querían poner over a Sheamus y la Brogue Kick. Pero lejos de eso, lo que lograron es que la gente comenzara a percibir al irlandés como alguien sobrevalorado, no tan bueno en el ring como para ser el topface de Smackdown. Muy al contrario de lo que pasó con Bryan y la simpatía que le comenzó a tener la gente por este hecho. Por esto y por sobre todo, este match sirve para cerrarle la boca a quienes no valoran el tremendo in-ring de Sheamus.

La estipulación two out of three falls a veces es muy mal utilizada. Como cuando una caída termina con un move que normalmente no sería decisivo o aquellos encuentros en que los primeros pins se definen muy rápido. Acá en cambio, todo funciona a la perfección con la estipulación. Las caídas llegan cuando el combate se acerca a la fase final, con un desgaste en ambos que las justifican. Además, hay momentos que solo podrían haber funcionado con esta estipulación, como la descalificación de Bryan que no fuerza el fin del match o el hecho de que si Daniel no hubiese cometido ese error, podría haber ganado el duelo.

Esto es un match en que las acciones tienen significado, no solo por la lógica de querer ganar, sino que además por las personalidades que se van manifestando. Por ejemplo, Daniel se dedica al limbwork al brazo lo que le da muy buenos resultados. Pero su rabia se mezcla con el interés en ganar y llega al punto de hacer que lo descalifiquen de tanto golpear a Sheamus contra las cuerdas. El irlandés por su parte, comienza muy confiado dada la victoria en Wrestlemania y es puras sonrisas al principio. Estas se van desmoronando, cuanto más patente se hace la superioridad de Bryan. Ahí Sheamus aprovecha de desplegar su gran selling.

Esto es un combate genial por donde se le mire, merecedor de la calificación máxima. Y si debo quedarme con una escena en particular, es la apertura. Ese momento en que el irlandés aprovecha un descuido de Daniel para tratar de encajar la Brogue Kick y Bryan se esconde al fondo de una esquina. Quizás fue una forma de decirle a los fans “no se asusten, que esta vez no vamos a decepcionarlos”.

Valoración: 5 jumbitos.

 

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