Triple H ¿El salvador de la WWE?

Triple H siendo reemplazado por Vince McMahon como booker en jefe de NXT. Eso fue lo que varios creyeron, cuando se anunció que NXT dejaría de ser exclusivo de la Network, para comenzar a ser transmitido en televisión. Un show semanal, tal como lo son Raw o Smackdown. Y con una importancia añadida, la de competir directamente con AEW.

Ante la idea de Vince McMahon bookeando NXT, las alarmas de la IWC saltaron rápidamente. “Vince le cambiaría la esencia a NXT. Hasta que después surgió otro rumor, señalando que Hunter seguiría llevando las riendas. La IWC le dio las gracias al cielo.

La situación que acabo de describir, no es más que otro de los ejemplos de la fe ciega que actualmente le profesa la IWC al señor Paul Levesque. En contraste de la total perdida de credibilidad de Vince. Y de ahí deriva un anhelo generalizado: que McMahon se retire para que Triple H tome las riendas del producto.

No defiendo lo que hace actualmente McMahon y lo responsabilizo de la mayoría de los errores importantes de la WWE actual. Pero su opción para el recambio como booker principal, tampoco me convence. En mi opinión, Triple H no será el salvador de WWE. No lo será de la calidad del producto, ni de la baja popularidad y (menos) del descenso de los ratings.

La imagen de Triple H y la IWC

¿Han visto “Better Call Saul”? Hay un personaje llamado Howard, que es abogado, al igual que el protagonista. Pero a diferencia de él, Howard siempre ha tenido mucho éxito. Millonario, respetado y líder de un buffette. No obstante, no es un genio exactamente y si está dónde está, en parte es porqué lo enchufó su padre también abogado. Aún así, Howard si tiene algo y es su capacidad de venderse, de parecer un abogado genial. Tal como se lo dice Jimmy “no eres un buen abogado, eres un buen vendedor“.

Triple H no es un booker tremendo, pero se vende como tal y la IWC le compra que si. No es una cualidad para menos. Le aporta a los smarks principalmente una imagen de estabilidad, de que las cosas se están haciendo bien. Mientras públicamente esté detrás de determinado bookeo, siempre ese bookeo va a ser considerado mejor de lo que es realmente. Si efectivamente él pasa a ser el booker principal tras el futuro retiro de Vince, llegará con un respaldo de la mayoría de los smarks.

Vince Russo por ejemplo, fue junto a Vince el booker principal en la era Attitude. La época en la que WWE pudo sobreponerse a su feroz rivalidad televisiva con WCW. Y aún así, es mucho más recordado por sus ideas extrañas o no haber salvado la arruinada WCW cuando tomó el relevo. Plantar a Vince Russo como booker principal ahora, tendría el default de que la IWC lo tiene demasiado estigmatizado por sus malas decisiones.

No obstante, la importancia de la buena imagen poco pesa a la hora de la verdad. Cuando Howard de Better Call Saul pierde a su principal socio, su negocio se comienza a derrumbar. Si hipotéticamente Triple H se convierte en el booker principal, ser bien valorado por la IWC no lo va a ayudar a tomar buenas decisiones necesariamente.

La falla en la creación de estrellas

El mundo se divide entre países que exportan productos manufacturados y quienes exportan las materias primas para fabricar esos productos. Los primeros países mandan en la economía. WWE antes era como ellos. Sacaban luchadores con escasa o nula experiencia en wrestling, para transformarlos en los nombres más reconocibles del negocio. Y ninguneaban sistemáticamente a lo que ofrecía el mundo ajeno a WWE.

Con la estructura mencionada, WWE pudo sacar de una sola generación a Lesnar, Cena, Batista y Orton. Cuatro bestias que comenzaron (o prácticamente comenzaron) su carrera en WWE. En años recientes se crearon el Performance Center y NXT para perfeccionar esa estructura. El primero es el lugar en que entrenarían los futuros talentos y la segunda, la marca para que puedan comenzar a tener experiencia en televisión.

Pero algo comenzó a fallar y de ser una fabrica de crear estrellas, WWE parece que ya no tiene nada que ofrecer de su propia cantera. La única estrella totalmente hecha en casa en la década ha sido Roman Reigns. Si miramos las otras “estrellas” de este tiempo, Bryan, Punk y Styles (en especial) ya se habían hecho un gran nombre afuera antes de llegar. Mientras que Rollins y Ambrose no eran tan populares antes, pero igualmente llevaban años luchando en otras empresas.

Vince McMahon es responsable de muchas fallas en el bookeo, pero me parece que acá la culpa va más por otro lado. Triple H es quién principalmente ha desdeñado esta fabrica de estrellas otrora exitosa y ha mirado fuera de los horizontes de WWE. Algo que a la empresa no le hacía falta en lo absoluto.

Contratar por contratar

Una critica que he leído mucho de WWE últimamente es “contratan por contratar“. Traen luchadores de moda del mundo ajeno a WWE, para después prácticamente no utilizarlos. Lo curioso, es que casi nunca veo que alguien le eche la culpa específicamente a Triple H de esto. Él metió la nariz en los territorios más recónditos del mundo para desenterrar viejas glorias de TNA, luchadores populares europeos o hermosas japonesas.

Hunter es el administrador de la marca dedicada a promover los nuevos prospectos de WWE. Y en vez de utilizarla para este rol, agarra a esas nuevas contrataciones y los pone al frente del timón. Con escasa presencia o importancia, poco se ve a los luchadores made in WWE en los Takeover. A lo más Velveteen Dream, alguien que en teoría suda talento y deslumbra a los veteranos, y aún así Triple H nunca se la termina de jugar por él.

Cuando los luchadores suben al main roster, se encuentran con la realidad de que en el 95%  de los casos a Vince parecen importarles un huevo estas maravillosas contrataciones ¿El malo de la película aquí es McMahon? Ya dije que no lo defiendo, pero en parte entiendo porque no promueve a varios de ellos.

Para empezar, varios de los nuevos tienen deficiencias en el micro o en sus capacidades actorales. Profesionales que pasaron sus carreras luchando en recintos no televisados y con la gente más preocupada de lo que hacían en el cuadrilátero. Claramente van a ser poco funcionales para el show semanal. Para Vince van a estar al mismo nivel que el tipo que tiene poca experiencia, pero quizás más potencial para trabajar en televisión.

Finn Balor por ejemplo, estuvo más de dos años dando vueltas entre el Performance Center y NXT, y siendo la principal cara visible. Y en cuanto subió al Main Roster, tuvo fallas terribles al expresarse en televisión. Una mala adaptación, que habla de lo mal que funciona realmente el territorio de desarrollo. Está bien que la gente aprenda a moverse en el ring, pero WWE no es solamente eso. NXT como show, poco es lo que promueve realmente en cuanto a promos o desarrollo de gimmicks.

En resumen, Triple H a cargo de NXT falla al promover estrellas formadas en el Performance Center (que debería ser su función principal) y por añadidura, al colaborar en la adaptación televisiva de los nuevos.

La amenaza del monopolio

WWE tiene un monopolio en el negocio del wrestling mundial, ya que si bien no es la única empresa productora es (en la gran mayoría del mundo) la única que consigue acuerdos televisivos. Parte de ese monopolio lo han conseguido al hacer que en todas partes se identifique al wrestling con WWE. Muchísima gente cree que es la única empresa de lucha libre que existe y que WWE es por definición el wrestling. Y ahí ha sido clave ningunear a las empresas rivales, por más pequeñas o pobres que sean.

Las indies deberían agradecerle a San Triple H, porqué el tipo presenta por todo lo alto sus grandes fichajes. La gente podrá decir que WWE sabotea deliberadamente a la competencia quitándoles sus nombres más populares, pero en mi opinión la que más pierde es la misma WWE. Ya mencionaba antes que esto crea una dinámica negativa en el desarrollo de las estrellas hechas en casa, pero además, el monopolio se debilita.

Al sacar un luchador de afuera y darle importancia, la gente a veces se pregunta de dónde viene. Por ejemplo, con Kevin Owens y Seth Rollins, hubo gente que supo de la existencia de ROH. No es que sea algo tan masivo, pero claramente es un movimiento que no los beneficia. Antes WWE igual traía ocasionalmente algún nombre de afuera como Jimmy Wang Yang, Low Ki o Daniel Bryan, pero al hacerlo renegaban de su pasado. Gracias a Triple H, cada vez más gente sabe que no son la única empresa del mundo.

El reto de NXT en televisión

Trayendo luchadores de moda de afuera y encandilando a la IWC con ellos, Triple H encontró una zona de confort. Pero ahora se avecina un gran desafio. Tendrá que buscar audiencias, negociar con auspiciadores e incluso tener una competencia. Una suerte de condiciones a las que nunca se enfrentó manejando la marca amarilla.

Considerando que NXT es todo menos un territorio de desarrollo, quizás esto sea algo positivo. La esencia de la marca tendrá que cambiar radicalmente. Ya no podrá ser un show enfocado exclusivamente en lo que sucede en el ring. Los luchadores van a tener que ir al frente de batalla, para demostrar su valía manejando gimmicks y promos. Y en su defecto, viendose obligados a aprender a trabajar en televisión. Quizás, la transición de talentos de NXT al Main Roster sea mucho más fácil de ahora en adelante.

Es posible que esto sea un movimiento deliberado de Vince para que Hunter aprenda a trabajar como un booker de televisión. Lleva años preparandolo para que él tome el relevo y no se me ocurre mejor entrenamiento que este. Quizás así Triple H cambie su dinámica de trabajo y cuando sea el momento pueda darle ese giro que tanto necesita WWE. Porqué ahora no lo veo como un salvador, sino que más bien como el heraldo de la muerte.

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Publicado por

Ignacio Salvo

Profesor de Historia, conocido en las redes sociales como Meñique. Bienvenido a un reino en que está prohibido hablar bien de las últimas temporadas de Games of Thrones y dónde la religión oficial es el culto a don Minoru Suzuki.

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