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WrestleMania 36: la última Coca-Cola en el desierto
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5 años atrásen
Por
Ignacio SalvoUn WrestleMania en el performance Center, decisión polémica por donde se le mire. Y la cual (una vez más) deja a Vince como un ser humano detestable. Pero, ¿es mala decisión a nivel económico? El punto que planteo aquí es que es todo lo contrario.
Partiré aclarando que no comparto la decisión, ya que a nivel humano me parece indefendible. Expones innecesariamente a tus trabajadores, le escupes en la cara al público que compró la entrada para tu WrestleMania y al que lo verá por streaming con nefastas condiciones. Y en general, no tiene mucho sentido hallar moralidad en las acciones de Vince. Hablamos del mismo ser humano que continuó con el show Over The Edge, luego de que muriera Owen Hart en el desarrollo de este.
Tampoco soy de la idea de que a un nivel argumental WrestleMania era necesario. Falso, la mayoría de las grandes storylines no tenían meses y meses de construcción. Perfectamente podías utilizar el camino a WrestleMania para potenciar a tu nueva gran apuesta Drew o para darle rivales a Orton molestos con la situación de Edge. Y como siempre, había luchadores importantes como Bryan que estaban llegando sin ningún plan.
Entonces: ¿Cuál es la gracia de hacer WM en la fecha acordada? Dinero. El único indicador que deberíamos tomar en cuenta para entender las (a veces) sumamente absurdas decisiones de Vince. Un hombre que sigue sacando acuerdos multimillonarios debajo de la alfombra o que tuvo el ojo de meterse en el gran negocio del streaming cuando recién estaba creciendo. No creo que haya perdido de todo el toque a la hora de generar monedas.
De las observaciones que han salido del tema, encontré muy interesante la del user “Compadre Moncho”. En los auspiciadores está la gran rentabilidad de WrestleMania y es muy probable que sea complicado disolver acuerdos realizados (probablemente) con meses de anticipación sin sacrificar ganancias. Perder todos los millones obtenidos con la venta de boletos, es un golpe claro. Pero despejando el mito, hace muchos años que las entradas a shows en vivo no definen la alcancía de WWE, son solamente una pequeña parte de la maquinaria. De forma adicional se pierden claro, el impacto económico positivo de la ciudad que celebra WrestleMania y el dinero recaudado por los shows ajenos a WWE celebrados en Tampa. Dos puntos que a WWE no le van ni le vienen. De hecho, que le vaya mal a las finanzas de otras empresas es un plus para Vince.
Pasamos a otro punto importante a nivel económico: la repercusión. A WWE le gusta la polémica porque puede capitalizarse en nuevos ojos mirando sus shows. Y esto es muy polémico. Muchos casuales curiosos y smarks resucitados acercándose a ver el show por morbo. En Chile por ejemplo, tras cuatro meses de protestas se celebró ante muchas amenazas de sabotaje el Festival Viña del Mar. Y por el puro morbo de ver si el público o los manifestantes hacían colapsar el show, nos encontramos con que fue la edición del festival más vista en los últimos nueve años. WrestleMania vuela con un distinto tipo de polémica detrás, pero que podría ser tanto o más efectiva.
Tenemos entonces dinero llegado de auspiciadores y un motivo para acercarse a ver el show. El otro punto clave, es el público potencial que quiera contratar la network o al menos meterse en un canal pirata para verlo. Factor que se está cumpliendo gracias al COVID-19. Es muy posible que para inicios de abril, la infección tendrá en cuarentena a la mayoría del mundo occidental. ¿Cuándo WWE había tenido tantos potenciales consumidores obligados a quedarse un domingo en la tarde sentados en sus casas?
Y la cosa se pone peor. Esto coincide justo con una época en que han muerto muchos panoramas televisivos actuales. Para empezar, el fan de wrestling tiene (a diferencia de antes) muy pocas opciones para marzo-abril. Pero si nos alejamos del nicho de wrestling, también estamos ante la cancelación masiva de eventos deportivos (hartas lágrimas por el fútbol intuyo) o de diversos shows en vivo. WrestleMania es literalmente, la última Coca-Cola del desierto.
¿Va a estar todo mal en el mundo, si Drew logra la victoria de su carrera frente a unas gradas vacías? Sí, pero puedo escuchar como suenan los engranajes en la cabeza de Vince mientras cae una lluvia de dinero.
Profesor de Historia, conocido en las redes sociales como Meñique. Bienvenido a un reino en que está prohibido hablar bien de las últimas temporadas de Games of Thrones y dónde la religión oficial es el culto a don Minoru Suzuki.