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Don Eddie Guerrero, como yo lo viví
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4 años atrásen
Analizar el nivel in-ring o puntuar un combate puede tener su complejidad. Pero hay parámetros y conceptos a los que aferrarse. En cambio, hablar por qué significa tanto para ti tu favorito, es siempre un tiro en la oscuridad. Normalmente, tu luchador favorito pasa a serlo más allá de su rendimiento en el ring, su habilidad en el micrófono o la calidad de las storylines donde se ve involucrado. Tiene que ver más con un asunto de conexión, algo que puede darse o no. Es casi inexpresable con palabras. Y solo con el paso del tiempo aprendes a verlo en perspectiva para entender parte de los motivos de por qué te marcó.
El perdedor que desplazó al rebelde
El éxito de Stone Cold fue un fenómeno irrepetible e innegable. Sí, es necesario hablar primero de Stone Cold para narrar cómo me volví fan acérrimo de Don Eddie Guerrero. Austin era el tipo rudo que no tenía amistad con nadie. El hombre de clase obrera que manejaba maquinaria pesada. El tipo al que le dijeron que no toda la vida, pero igualmente llegó a la cima. Era imposible que millones no conectaran con el rebelde que humillaba a su detestable jefe en TV. Y yo no era la excepción, escuchar el cristal romperse era sinónimo de grandes emociones. Alguien repartía paralizadoras al jefe abusivo mientras que a mí me tocaba aguantarme las ganas cuando comenzaba a trabajar los fines de semana.
Un día apareció Eddie Guerrero, una figura midcard que había ganado el campeonato intercontinental recientemente. Era ayudado por The Radicalz (Saturn, Benoit y Malenko) cuando no podía ganar por mérito propio. Durante un Smackdown del año 2000, Eddie lanzó una promo burlándose de Austin, diciendo que el Tequila era infinitamente superior a la cerveza, lo que desató una lluvia de abucheos. Quería una lucha uno contra uno contra el peligroso Steve Austin.
Obviamente todo era una trampa para que The Radicalz apalizara a Austin y Eddie tuviera una victoria fácil sobre la figura más importante. Y obviamente todo falló. Austin se infiltra en la oficina del stable y les da una paliza a todos. El plan maestro de Eddie se transformó de pronto en una ejecución pública. Siendo muy fan de Stone Cold, me extrañó no estar molesto con los insultos de Eddie hacia él o el hecho de haber querido tenderle una trampa cobarde. Sin darme cuenta, Don Eddie me había cautivado contando una graciosa historia solo con sus expresiones faciales y una promo probablemente improvisada.
La lucha no fue gran cosa, duró unos cinco minutos y fue una paliza casi completa de Austin a Eddie. El único momento de Eddie, y no podía ser de otra forma, fue un descuido del árbitro que le permitió castigar las piernas de Austin con una silla y luego en el poste. El público enfurecido insultaba a Eddie. Austin se repone y castiga la entrepierna de Eddie con el poste, devolviendo la jugada sucia. El selling cómico de Eddie no hizo más que causarme más gracia y simpatía por él.
Obviamente el público explotó con la victoria de Austin. En gran medida gracias a que Eddie se hizo odiar con la promo y con los golpes con la silla. Pero algo fue distinto en mi al terminar esa lucha. La victoria del rebelde ya no me interesaba tanto. Había conectado, y mucho, con el hombre del midcard que se hizo odiar en minutos, que me hizo reír con su rostro y que narró una historia simple de un plan que fracasa, como muchos planes que se uno tiene en la vida.
No era un tipo con brazos como poste al igual que Austin, no medía casi dos metros, no derribaba gigantes con un finisher temible. Podía ganar o podía perder. Pero en cosa de minutos lo odiabas, te hacía reír, te sorprendía y te emocionaba. Mi nuevo favorito era humano, tenía que hacer trampa para triunfar entre monstruos imbatibles. A mi corta edad, en ese entonces, ya me había tocado ver que a veces tampoco había otra opción en la vida.
El Latin Lover en acción
En mi época escolar, el sueño del adolescente promedio era lograr conquistar a una chica “inalcanzable”. Una chica con un aura de madurez, independencia, que supiera infinitamente más que tú de cosas como música y con temas más profundos de conversación, que fuera ojalá mayor que tú y muy destacada en algún área. Una chica que significara un desafío donde las opciones se redujeran a estar o no a su altura. La chica cool de la película. Por supuesto, nadie de la época lo había logrado. Ninguna chica soñada de la época le hacía caso a nadie de mi grupo de amigos (y no las culpo, eh). Tal vez ese anhelo era pura inmadurez mezclada con exceso de cine de la época, pero esa era la figura soñada. Tal como a Bart Simpson le había pasado en ese capítulo con Laura Powers.
Nadie logró nunca un romance con alguna chica inalcanzable, excepto uno, aunque en el universo paralelo del Kayfabe: Don Eddie había ganando el corazón de la Novena Maravilla del mundo: la poderosa Chyna. La mujer que desbordaba carisma y que podía darle una paliza a cualquier hombre. Y cada semana era obligación sentarse a ver cómo lo había logrado y cuánto duraría el idilio.
La historia fue simple, Eddie la persigue con galanterías hasta que ella simplemente cae en los encantos del Latino Heat. El final fue simplemente otro cliché de la empresa de los Mcmahon. Pero el desarrollo y la química entre ambos perduró hasta el día de hoy en el corazón de los fans. Tanto que cuando Chyna falleció trágicamente, la homenajearon con fotomontajes de Eddie y ella por fin juntos en el cielo. Tristemente esta bella historia fue cortada en parte porque Eddie tuvo un accidente en su vida real producto de la ingesta excesiva de alcohol. Salió eyectado del automóvil y solo sus reflejos casi sobrehumanos protegieron su cuerpo de una muerte casi segura. Sus días en WWE habían terminado.
Porque soy un idiota
Eddie recibió una nueva oportunidad en WWE en el primer semestre del 2002. Por mi parte yo ya iba en mi tercera o cuarta oportunidad en el colegio por mala conducta. Mientras seguía de nuevo la carrera de Don Eddie, mi máximo desafío era cambiar de comportamiento. Pero si Don Eddie por la misma época iba por la cabeza de nadie menos que el Héroe Olímpico Kurt Angle, dejar de intentarlo yo definitivamente no era una opción.
El recién retornado Eddie Guerrero, tuvo un reinado con el intercontinental unos meses estando a prueba bajo la atenta mirada de la directiva. Pero de pronto ya tenía que dar el ancho en una rivalidad con el wrestler que, según muchos, aprendió más rápido el negocio del wrestling en la historia de WWE. Los ingredientes fueron la versatilidad en el ring de Eddie y sus creativas mañas para ganar como sea, sumado a la facilidad de Angle para mostrarse dominante en el llaveo y expresar frustración con su rostro.
Eddie y Kurt fueron grandes amigos. Según Angle, Eddie Guerrero fue su más fiero rival en el ring y el mejor del mundo en su peak. Cuenta Angle también que eran como hermanos, con sus encuentros y desencuentros. Durante esos años, tuvieron una discusión que los llevó a las manos. Eddie intentó derribar a Kurt, quién fácilmente lo dominó. Cuando le preguntaron a Eddie por qué había intentado derribar a un campeón olímpico de lucha, su respuesta fue la misma que me doy a mí mismo cuando me pregunto por qué di tantos problemas en mi época escolar: “Bueno, porque soy un idiota”.
El hombre que llevó a la Bestia a Suplex City
Eddie tardó en tener su empuje importante. La empresa llevó la rivalidad demasiado apresuradamente, no iba a ser creíble ni como rival ante un tipo tan bien posicionado como Lesnar. Pero no era buena idea subestimar la magia de Eddie Guerrero. Con las promos basadas en el hombre que supera sus demonios se metió al público en el bolsillo y logró convencer previo al No Way Out del año 2004.
Esa noche ya es historia pura. La imagen de don Eddie celebrando junto a su familia sigue emocionando. Y probablemente una de las celebraciones más sentidas por el público en la historia de WWE se vivió en el SmackDown siguiente. La contra que le metió al F5 en el momento preciso ha sido imitada, pero jamás igualada. Incluso el cinturón del campeonato mundial, cuando choca con la cuerda inferior, parecía saber quién era su nuevo dueño. Como su fan, probablemente, una victoria que viví con una emotividad insuperable.
Mintiendo, robando y engañando hasta hoy
JBL era el nuevo personaje heel del momento, pero no despegó de inmediato. El punto decisivo fue el final de una lucha por equipos, idea de don Eddie. Fingió tener un ataque al corazón legítimo y JBL lo cubriría aprovechándose para demostrar lo desalmado que era. El público abucheó a JBL con toda su alma, el villano había nacido. Lo repitieron un Live Show en México, pero esta vez la idea de Eddie fue que JBL molestara a su madre hasta causarle un ataque cardíaco. ¿Resultado? JBL tuvo que abandonar el estadio con escolta policial, parte de la multitud lo esperó afuera para intentar lincharlo.
JBL contaría en varias entrevistas que debe su carrera a Eddie. Y aun así, hasta el día de hoy personas que no saben esto, piensan que Eddie Guerrero murió en el ring y en TV. No tiene caso discutir con ellos, la magia de don Eddie los tiene viviendo un momento memorable hace años sin que lo sepan. Su lamentable muerte no ocurrió así. Fue unos meses después.
Los héroes mueren para seguir brillando
Un día como hoy, hace 15 años, el Latino heat estaba en su habitación de hotel. Sintió un malestar y un segundo después ya nos había abandonado para transformarse en una leyenda. Inspiró a una generación de wrestlers que querían hacerse un nombre en el wrestling mundial, incluidas varias luchadoras actuales. El muro invisible que impedía que tipos que no eran gigantes portaran un título mundial ya estaba en piso. Había sido destruido a punta de talento, carisma y un poquito de trampa, porque If you´re not cheating, you´re not trying.
Superar la muerte de Don Eddie Guerrero es algo que simplemente no se logra si eres un fan acérrimo suyo. Por muchos grandes talentos que haya y que habrán, nada lo remplaza. Ver la aparición, caída y el ascenso de un héroe que se marcha demasiado pronto, te marca. El hombre que era imposible verlo en el ring sin que se notase que amaba lo que hacía, se vuelve inolvidable. El éxito del niño del barrio que no jugaba fútbol porque en su patio había un ring de lucha libre, simplemente perdura. Te ves a ti mismo viendo pasar cada Royal Rumble esperando que, por imposible que sea, suene su theme de entrada y micro en mano salga a decir: “ You thought I died ? I’m sorry I forgot to tell you I LIE!. Why, Vato Loco? Because I LIE, I CHEAT, I STEAL!”.
Simplemente es difícil resignarse como fan a atestiguar que, debido a cada momento en que te sentiste acompañado por su carrera y su historia en una época importante de tu vida, ya nadie para ti tiene la magia de don Eddie Guerrero. Nadie. Simplemente cada año se le extraña y se agradecen los momentos que dejó. Ningún Smackdown se vive sin imaginarlo como General Manager, coqueteando con el roster femenino ante la furiosa mirada de Doña Vicky, maquinando movidas sucias, mintiendo, robando y engañando. Haciendo lo que tuviera que hacer para que ningún espectador volviera nunca a su rutina sin llevarse primero un momento memorable que atesorar. Viva la raza. Thank you Eddie.
Hablando del renombrado match de Lesnar vs Guerrero del 2004, acá va un análisis del mismo.
Ex luchador de lejos, doctor en visión espacial. "El dronaje es una enfermedad del alma". Spotfestero en lo valórico y dron en lo económico.