JBL: notas de cómo ser un heel

El 3 de marzo del 2020 fue anunciada la exaltación de John “Bradshaw” Layfield (JBL) al Hall of Fame de WWE. Una figura polémica entre las historias de violencia y bullying en backstage, entre las que se han confirmado y las que no. Si nos centramos en esas polémicas, quizás no deberían premiar su carrera así y de todos modos, a mí igual me parece una broma el salón de la fama de WWE. Pero pensando concretamente en los méritos como luchador de JBL para ser exaltado, vaya que buen heel resultó ser.

El gimmick de JBL llegó muy tarde a la carrera de Layfield, quien nunca había salido siquiera de la zona entre el mid-card y el low-card. Desde el 92´, sus primeros años de carrera se los pasó en empresas pequeñas de Texas, hasta que en el 95´debutó en WWE. Su primer gimmick de vaquero (que ha sido mencionado en algunas entradas de Raw vs Nitro) fue un calco de Stan Hansen, pero fracasó absolutamente.

En 1998 Bradshaw se unió a Farooq y formaron The Acolytes (luego renombrado como APA). Un memorable tag team de la Attitude Era y parte de la Ruthless. Pero aún así, eran generalmente de los que iban al fondo de la competencia en la división en parejas. Sería recién en el 2004 cuando Layfield por fin dio con la tecla que cambiaría su carrera. Un gimmick de texano millonario, henchido de xenofobia contra sus enemigos, los inmigrantes latinoamericanos.

Desde la creación de JBL a mediados del 2004, Layfield se retiró casi cinco años después en el 2009 e incluso, entre medio tuvo una ausencia de año y medio aproximadamente. Dicho de otro modo, JBL solamente llegó a luchar por tres años y medio. Y aún así, siempre es alguien que se mete (o debería meterse) en la discusión de los mejores heels a nivel histórico ¿Qué lo hizo funcionar tan bien? Es lo que dilucidaré en los siguientes puntos, que creo, deberían tomarse en consideración para otros heels en el negocio.

JBL era realmente odiado

Partamos por lo obvio (¿aunque para todos es una obviedad?), JBL generaba legítimo heat en la grada. Odiar al heel es importante, porque como contrapunto el face se puede poner over y en el mejor de los casos, avanzar en el camino a convertirse en una estrella. El 2004 JBL ayudó a que un uppercarder llamado John Cena entrase al main event, y entre el 2005 y 2006 hizo lo mismo con Rey Mysterio.

Quizás el mayor indicativo de este heat, es que a diferencia de la mayoría de los otros rudos, JBL nunca hizo el turn face. Muchos otros tipos malos comenzaron a generar simpatizantes en torno a ellos, hasta que la empresa consideró rentable el turn. Pero con JBL no ocurrió, nadie le quería el 2004 y nadie le quería el 2009. De hecho, su retiro en WrestleMania 25 fue un “I quit”, tras el enojo de perder un combate, seguido de abucheos de la grada. Nada de ceremonias o cánticos de agradecimiento.

Quizás haya redundancia en aclarar el rol del heel, pero la verdad es que actualmente, hay luchadores que pasan por “buenos heels” y no cumplen en ese aspecto. Sin ir más lejos, ahora mismo Adam Cole es el top heel de NXT y el público le adora. Diversos profesionales del negocio de hecho, han recalcado el rol que debería tomar el heel. Larry DeGaris (Larry Brisco) lo explica bastante bien:

“El trabajo número uno es conseguir que el babyface se ponga over. Los buenos heels entienden eso. Tu desafío es hacer que este otro tipo se parezca a Bruno Sammartino, no al dueño del ex gimnasio local. Muchos heels no entienden eso porque quieren golpear a alguien para verse bien, como opuesto a ser un cobarde”.

(Johnson & Oliver, The Pro Wrestling Hall of Fame The Heels, disponible en https://books.google.cl/books?id=H-6DoPuiRkEC&pg=PR7&source=gbs_selected_pages&cad=3#v=onepage&q&f=false)

JBL funcionó como un heel importante

El equilibrio entre faces y heels en el main event es difícil de manejar. Los faces deben ganar a veces, porque así se consolidan como estrellas o se reafirman como tales. Pero los heels también, ya que los faces debe tener problemas en el camino para seguir siendo interesantes. JBL ocupó ambos roles, ganando y perdiendo. Pero lo más importante, lo hizo bien. Salvo alguna excepción, cada rivalidad importante suya dejó reforzado al face. Más de lo que han logrado algunos de los “mejores” heels históricos (¿o no es así Triple H?).

El 2004 es el año en que JBL ganó mucho, incluido un temprano WWE Championship. Ya fueran Eddie Guerrero o el Undertaker entre otros, generalmente cada rival era más fuerte en kayfabe. Pero algunas trampas y mucha, mucha suerte, le permitieron aguantar un reinado mundial de nueve meses.

Llegaban a causar impotencia e indignación algunas de sus defensas titulares. Para empezar, la extraña forma en que le quitó el título a Eddie en Great American Bash 2004, ya que Guerrero originalmente había ganado el enfrentamiento. O también, cuando en No Way Out 2005 el Big Show lo hizo atravesar el lona con una Chokeslam y eso le dio la oportunidad de escaparse de la Steel Cage por debajo del ring. Todo eso tenía a la gente harta del reinado y allanó el camino para que aceptaran a John Cena.

Desde la derrota con Cena en WrestleMania 21, JBL bajó al uppercard para siempre. De ahí en adelante le ganó a algunos oponentes débiles como Matt Hardy, pero en general perdió sus rivalidades importantes. Ya fuera contra Batista, Rey Mysterio (tras WrestleMania 22), Cena de nuevo y Shawn Michaels. Hasta el momento, he aclarado que JBL cumplía generando heat y que supo trabajar como un heel importante. Lo siguiente ahora es determinar, porque él si y otros tantos heels no.

JBL tenía un personaje ofensivo

Para que el wrestling realmente funcione en el rol de motivar al espectador, el camino más efectivo es crear un vínculo emocional que lo toque. De algún modo, el espectador debe meterse en la piel del face y sentir empatía frente a los abusos del heel.

El rudo puede ser un tirano con un personaje desarrollado o no. La gracia del personaje es ver si puede exacerbar el odio de la grada hacía él y en casos como JBL vaya que funcionaba. JBL era un millonario texano, con una abierta xenofobia hacia los latinos y con un gran alarde de los beneficios que le daba su dinero. Fácil de despreciar, en especial por los latinos, ya que se colgaba muy bien del estereotipo de xenófobo en el debate por la inmigración. Y si no, igual desagradaba su lujo innecesario.

Un personaje ofensivo es algo que quizás, podría funcionar bien con heels actuales tan mal construidos. Por ejemplo, Seth Rollins y AJ Styles. Ambos están en Raw, lideran una pandilla de rudos y aparte de las trampas no hay mayor fundamento para justificar porque son los malos. Si se lo explicamos a un casual, fácilmente podría confundirse y creer que ambos son el mismo tipo.

JBL no era “cool”

Kevin Owens fue la sensación del 2015, cuando en su breve paso por NXT destruyó al top face Sami Zayn y luego en el main roster, llegó derrotando a John Cena. Definitivamente mucha gente le apoyaba y efectivamente era genial, ¿el problema? Era heel. La reacción que generaba era la de un babyface, mientras que Cena siendo el face era el que quedaba como heel delante de él. El problema con KO quizás era en parte su culpa, pero en general lo atribuyo más a cómo la WWE actual plantea a sus faces y heels.

El face es “el bueno” y modelo a seguir. Por lo tanto, sus acciones representan lo correcto desde la perspectiva moral de la empresa. Con tal de no ver afectada su imagen, los auspiciadores van a pedir que se mantenga dentro de ciertos cánones de valores. En la Attitude Era o la Ruthless los tipos más “cools” (Steve Austin por ejemplo) eran también los faces principales. No había problema, si el reducido universo de auspiciadores eran marcas flexibles con los temas polémicos como Play Station o M&M´s.

Con el cambio a clasificación PG, los auspiciadores se multiplicaron y también las presiones sobre que imagen debía mostrar la empresa. Esto ha provocado que a la larga, los babyfaces importantes se vean demasiado buenos, blandos y planos. Y en cambio, como los heels tienen más libertad para desenvolverse, se ven más interesantes en muchas ocasiones. En ese sentido a JBL igual le favoreció su época, considerando que entre sus grandes rivales había por ejemplo un rapero que insultaba a todo el mundo.

No obstante, cabe aclarar que pese a las facilidades de su época, JBL no trató de ser el tipo “cool”. Él llegaba con una música vaquera sumamente anticuada, en una limusina adornada por unos ridículos cuernos y con un peinado de ejecutivo. Nada que ver con situaciones como Triple H haciendo el signo de DX en WrestleMania 22 (vitoreos automáticos del público), cuando se suponía que debía hacer lucir bien a Cena.

A JBL deberían darle lecciones sobre buen comportamiento en backstage, pero el tipo podría dar clases sobre como ser un heel despreciado por todos.

Publicado por

Ignacio Salvo

Profesor de Historia, conocido en las redes sociales como Meñique. Bienvenido a un reino en que está prohibido hablar bien de las últimas temporadas de Games of Thrones y dónde la religión oficial es el culto a don Minoru Suzuki.

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