WWE lleva ya varios años con constantes bajas de rating, actualmente las audiencias están generalmente bajo los dos millones de espectadores. Hace unos cinco años estaban cerca de los cuatro millones. Y la tendencia no parece detenerse. Incluso podría decirse que la audiencia va más camino a llegar al millón que a volver a levantarse.
La hipótesis de Gerald Brisco
Las explicaciones pueden ser muchas, el wrestling ya no es tan popular como antes. Las MMA ofrecen peleas reales y rivalidades que mueven mucho dinero. La reciente irrupción de influencers como Logan Paul en el box, le han terminado dando un nuevo aire mediático a ese deporte. Pero en el wrestling parece que no funciona de la misma manera.
Gerald Brisco habló con Wrestling Inc y tiene su propia explicación para este fenómeno:
“Cuando estábamos [luchando] teníamos tiempo para contarle a la gente una historia y atraerlos emocionalmente a un combate. Y muy pocos de esos muchachos tienen esa oportunidad ahora. Y es una pena que pierdan esa habilidad. Teníamos [fans] involucrados emocionalmente con nosotros porque [ellos] sabían que íbamos a salir y patear traseros. [Ellos] sabían que iban a ver un combate de lucha libre cuando [vieron] a los hermanos Brisco “.
Gerald Brisco
Brisco podría tener un punto válido, en la actualidad todos los productos populares parecen anclados en la primicia de la inmediatez. WWE se ha visto afectada por esto y han priorizado algunos rostros que impactan más por su físico o apariencia llamativa para el casual, que por darles una personalidad o un personaje más trabajado. Ejemplos de ello podrían ser Drew McIntyre y el actual campeón Bobby Lashley. En la actualidad ambos luchadores están teniendo algunos rasgos más distintivos, pero no fue la tónica de sus reinados hace tiempo.
