Físico vs talento: La fantasía de poder que permea en la lucha libre

Meses atrás, Hulk Hogan realizó algunos comentarios bastante fuera de lugar, tras afirmar que muchos de los luchadores actuales lucían como si deberían estar empacando sus bolsas de víveres. Un tema que no ha sido exclusivo de Hogan, pues anteriormente luchadores como Kevin Nash o Booker T también han hecho eco de esto.

Más allá si los dichos de Hogan fueron acertados o no, esto originó una discusión interna con mis compañeros redactores a cargo de la página sobre: ¿Cuándo un luchador deja de ser creíble debido al físico?

Cabe aclarar que en este artículo no busco ser la voz de la verdad ni mucho menos, pero sí deseo desentrañar un poco el motivo detrás de esta forma de pensar.

La fantasía de poder como un método de supervivencia

La fantasía de poder es un elemento usado dentro del leguaje audiovisual para vender un producto de cara al espectador/consumidor con el fin de convertirlo en un cliente potencial. Las mismas han estado ligadas a nuestras vidas desde que el hombre dio sus primeros pasos en la tierra, siendo más específicamente un derivado de nuestro subconsciente animal.

En el pasado un hombre de mayor físico era visto como un proveedor potencial por encima de aquel que no era tan dotado físicamente. Basándose en la simple lógica de, ‘A mayor tamaño, mayores oportunidades de conseguir alimento y protección.’ Un pensamiento que está estrechamente ligado a nuestro instinto de supervivencia y por ende a la sexualidad del ser humano.

No por nada las mujeres suelen preferir a los hombres más robustos antes que a uno de rasgos finos y menos fornidos, siguiendo esa idea de que uno tendrá mayor posibilidad de sobrevivir que otro, así que para la hembra es más conveniente emparejarse con un macho que tenga mayores posibilidades de proveer a sus cachorros.

La fantasía de poder como lenguaje audiovisual

En el lenguaje audiovisual la fantasía de poder sigue este mismo principio, pero con fines algo diferentes, si en el reino animal, la idea de un macho grande y robusto significa mayor posibilidad de supervivencia, en el mundo de la mercadotecnia, el mismo se usa como sinónimo de riqueza.

Por esto mismo, no es extraño ver la cantidad de comerciales donde abundan los hombres guapos, altos y fornidos promocionando un reloj, perfume o autos. Siendo que la idea general es vender esa idea de que si uno se ve así, entonces serás más exitoso. Mientras tanto en el caso de las mujeres se usa la misma línea, pero bajo un canon de belleza, ‘si usas este maquillaje, entonces serás más atractiva’.

De acá tenemos que dar el salto a los medios como lo son el cine y la televisión, los más avispados ya se habrán dado cuenta de que este es el mismo modelo bajo el que se rigen este tipo de producciones, teniendo siempre a un protagonista que cumple con cierto prototipo antes que a cualquier otro. Siendo que en esencia estos productos buscan hacer lo mismo, vendiendo esa fantasía de cara al espectador, siendo que una serie con un protagonista guapo, muy seguramente venderá más que una donde el actor principal sea poco agraciado.

De ahí que la mayoría de las películas busquen a un hombre alto y musculoso para interpretar al héroe, mientras la chica protagonista es una mujer bella de rasgos atractivos. Porque seamos serios, por mucho que lo neguemos, nadie estaría dispuesto a ver una serie donde los protagonistas sean personas poco agraciadas, por mucho que nos guste pensar lo contrario. Y no es algo que esté mal por si solo, simplemente estamos respondiendo a nuestros instintos primarios.

La fantasía de poder en la lucha libre

Ahora, una vez dicho esto, pasemos a lo que nos compete. Las fantasías de poder dentro del negocio de los encordados. Si uno echa la mirada para atrás, rápidamente podremos identificar cuantas veces se nos ha vendido la idea del hombre grande como sinónimo de fuerza y habilidad. Desde casos como Hulk Hogan, André The Giant, Ultimate Warrior o Randy Savage; pasando por Undertaker, Diesel, The Rock, Kane, Triple H; hasta un John Cena, Randy Orton, Brock Lesnar o Big Show; para finalmente llegar a un Roman Reigns.

Todos siguiendo un mismo perfil, mismo que te guste o no, está estrechamente ligado a la idea de lo que concebimos como un luchador profesional. En su momento lo comentaba el mismo L.A. Park, con empresas donde antes que nada se pedía una estatura y peso mínimo antes de ingresar a entrenar de manera profesional, siendo en este caso particular por encima de 1.73cm y 80kg.

Algo que puede resultar irrisorio, pero recuerden que Park es un luchador mexicano, donde los habitantes suelen tener estaturas promedio inferiores al 1.70cm. Por lo que en suelo americano el promedio debe estar entre los 1.80cm y los 90kg haciendo un aproximado en base a la información que tenemos.

De este mismo modo, empresas como WWE, TNA o NJPW siempre han buscado mantener esa coherencia respecto a quienes se encuentran en el evento estelar, siendo zonas exclusivamente reservadas para los luchadores de mayor tamaño, dejando a los chicos más bajos relegados al mid-card o simplemente como jobbers.

En casos muy especiales puede darse la posibilidad de que un luchador fuera del prototipo llegue a retar al campeón, en cuyo caso se le suele dar el papel de underdog, mismo que de buenas a primeras, tiene cero probabilidades salir victorioso. Como fue el caso de Sami Zayn en Elimination Chamber.

Siempre bajo la primicia de, ‘Lo que el fan quiere, no es sinónimo de ventas para la compañía.’ Prueba de ello seria el reinado de Roman Reigns, que si bien se ha tornado cansino y tedioso, no ha dejado de significarles grandes puntos de ingresos para la compañía. Termina una decisión acertada desde el punto de vista empresarial.

Deconstruyendo el mito

Entonces si funciona, ¿significa que está en lo correcto? La realidad es que no. Si bien ha habido casos donde el prototipo de luchador grande y musculoso ha demostrado ser un acierto, son más los casos donde el mismo termina siendo un fracaso, tal es el caso de Diesel, Test, Great Khali, Giant Gonzáles o en estos últimos años, Omos. Siendo un constante recuerdo de que no siempre es así.

Curiosamente la mayoría de los anteriormente nombrados sufren del mismo problema, buen físico, pero nulas capacidades atléticas o desenvolvimiento en el micrófono. Quedando relegados a un empaque bonito, pero que en su interior se encuentra completamente vacío.

Mientras por otro lado son impresionantes la cantidad de luchadores talentosos que fueron relegados a la parte baja de cartel debido a ser ‘poco creíbles,’ como lo son los Rey Mysterio, Eddie Guerrero, Jericho, Dean Malenko, Chad Gable, Danielson. Luchadores que lograron demostrar que el físico no lo es todo, sabiendo hacerse de un nombre y legado dentro del negocio, incluso llegando a ser campeones mundiales con grandes reinados.

Prueba de que no hace falta ser un tipo alto y grande para ser buen deportista, ejemplos hay por montones, pero tampoco deseo hacer que este artículo sea más largo de lo que ya es. Pero es evidente que ese pensamiento se ha convertido en un lastre para la industria más que en un referente que debamos seguir a rajatabla.

¿AEW no es creíble o si lo es?

Y finalmente llegamos al tema tabú, AEW, empresa llena de fanáticos y detractores por igual, algunos porque les gusta el producto, otros simplemente porque es la empresa del barrio de al lado y otros más porque simplemente odian todo… como su servidor.

Bromas a parte. ¿Cuántas veces no hemos leído en estos últimos cinco años que los luchadores de AEW no son creíbles? Que si son demasiado bajos, que si mi pierna es más grande, etc. Pero ¿Realmente es así?

Aclaremos una cosa, AEW es una empresa que partió siendo una alternativa al producto mainstream de WWE por eso mismo es natural que se enfocaran en traer luz a esa escena indie la cual muchas veces es dejada de lado por el público casual. Algo que yo personalmente viví en su día, cuando fui el único de esta página que se molestó en hacerles una reseña de sus primeros eventos, siendo que mis compañeros pasaban completamente del tema (agradecimientos a mis compañeros Walter y Carlos quienes me apoyaron al último minuto… no como otros pseudo-drones). Eventos a los que me aventuré sin ningún problema, siendo alguien que ha estado empapado de lucha libre desde que tengo uso de razón, especialmente de la escena indie como lo son GCW, PWG, CZW, ROH, ECW (la original, no ese esperpento creado por WWE), etc.

¿Qué fue lo primero que nos encontramos en dicho evento? Efectivamente, un show donde lo primero que podías respirar era ese aroma propio de la lucha libre independiente. No obstante también veríamos los primeros pasos de quienes en un futuro serían sinónimo de AEW. Pero también de ese repelús que la empresa causaría años más tarde.

Acá no habían hombres grandes, literalmente el nombre más conocido con el que partieron era Chris Jericho seguido por Cody Rhodes. Y antes de que lo pregunten, ¡No!, Kenny Omega y los Young Bucks no eran draws dentro de suelo norteamericanos, siendo que uno fue mayormente conocido por sus luchas con niñas de 7 años y los otros no pasaban de ser los ex Generation Me.

Gente que distaba mucho del prototipo de luchador grande, pero que aún así logró llamar la atención de unos cuantos. De la mano de una buena estrategia de marketing cabe aclarar.

Y así fue como paso a paso llegamos a la actualidad, donde Darby Allin, MJF, Adam Cole, Orange Cassidy y compañía forman parte de las principales caras de la empresa. Siendo el mayor ‘pero’ por parte de los fans acérrimos de WWE, que son luchadores poco creíbles. Seamos honestos muy posiblemente tú que estés leyendo este artículo o yo mismo seamos más altos que Adam Cole, pero de ahí a que podamos meternos a un ring y hacer lo que él hace, es un mundo muy diferente.

Al menos yo puedo admitir que no duraría ni tres minutos en un mano a mano contra cualquiera de los anteriormente mencionados, siendo que esos dos minutos extra fueron la entrada al ring. Critica que además resulta irrisoria cuando hace tan solo unos años la gente pedía a gritos que Adam Cole llegara al roster principal mientras era campeón de NXT (Aclaro que yo no. Me alegra decir que no me gusta desde su debut en ROH).

Así que no deja de ser un comentario a partir de un odio infundado por haber abandonado a WWE. Que seamos honestos, es quizás una de las peores empresas en las que se podría trabajar, llena de acoso, racismo y otros temas dignos de This Isn’t Wreslting.

Pero algo que no se puede negar es que en AEW abundan los mal llamados ‘vanilla midget.’ Mote acuñado por el siempre ‘carismático’ Diesel, Kevin Nash. Que tal y como su nombre lo indica se traduce como enano de vanilla. De verdad si existiera una competencia de ver quien es el más desgraciado del negocio, Nash y Hogan serían candidatos a ganar por goleada.

Talento vs estatura

Si bien me parece un mote completamente ofensivo, es cierto que AEW tiene exceso de luchadores que encajan con este perfil, no obstante creo que se le da mucha importancia a este aspecto. Quizás Darby, Cole o Cassidy no sean los más altos, pero son entretenidos y saben manejarse bien en el micrófono, siendo algo clave para triunfar dentro del mismo, incluso dándose el lujo de tener a un maestro del ‘trash talking’ como MJF.

Por otro lado tenemos a WWE donde hace tan solo unos días vimos a un Finn Bálor superado ante los constantes cánticos del tema de Rollins, aún cuando Seth dejó la puerta abierta para que lo acabara, algo que lamentablemente no pudo hacer. Tan difícil era decir un ‘Shut The Hell Up!’

Otro ejemplo está en Jeff Hardy, el luchador más popular de los 2000’s, que tampoco encajaba dentro del prototipo de WWE, siendo un chico con un aura más cercana a los chicos de las Boy Bands, pero aún así logró despuntar, manteniéndose como uno de los luchadores más over de la compañía, aunque las adicciones terminaron por enterrar el futuro que pudo haber tenido.

Un buen bookeo

Siguiendo con esta misma tónica, tenemos el hecho de que Cassidy y MJF han dado dos de los mejores reinados de la era moderna, con un alto nivel in-ring pese a que no me considero fan del chico de las gafas de sol. Una prueba fehaciente de que el tamaño no es un referente de la calidad del gladiador. O si el mismo tendrá éxito o no. Simplemente Bryan Danielson difícilmente pasa del 1.73cm y es uno de los mejores luchadores de la historia.

Lo que verdaderamente es un factor relevante es el tratamiento que se le de al bookeo del luchador. Un claro ejemplo son las luchas de AJ, Danielson ante Brock Lesnar. Luchadores que tuvieron claras oportunidades de ganar gracias a un buen trabajo a la hora de construirlos durante el combate, haciéndolos ver como retadores creíbles y no solo como un rival de turno para The Beast.

No es lo mismo bookear un encuentro donde el retador logra aprovechar un descuido del rival para tornar las cosas a su favor, que uno donde el retador se la pasa corriendo asustado el 90% del encuentro.

El público

El problema viene cuando gran parte del público que consume lucha libre, son redneck sureños, que tienen tatuada la segunda enmienda en el corazón. Personas a las que personalmente no recomiendo tomar muy en serio. Peor aún cuando los lideres de opinión que critican a ‘x’ luchador porque el mismo les resulta poco interesante, llegando a criticar a gente sumamente talentosa como puede ser el caso de Ronda o Lesnar, de los cuales abundan por montones.

Claramente personas que han sido previamente adoctrinadas por los medios para comerse la narrativa de que más grande es mejor, en especial cuando tomamos en cuenta que el mayor referente del negocio lleva años modificando su discurso para que todos pensemos que las cosas fueron así, aunque muy poca validez deberíamos darle a una empresa que borra luchadores de la historia dependiendo de la pierna con la que se levanten sus ejecutivos.

Conclusión

Es claro que no se puede cambiar una mentalidad que ha permeado en el consumidor desde el principio de los tiempos, pero si podemos romper una lanza a favor de lo que se considera está equivocado, cuando simplemente no lo está. Medir el talento de un luchador en base a su tamaño resulta algo tan risible como hacerlo en base a su color de piel o corte de pelo.

Y es un hecho que tampoco se va a cambiar el modelo que rige el negocio, siendo un modelo que ha demostrado dar buenos números, por más que las criticas puedan resultar poco favorables, al final del día, estamos respaldando el producto y eso es lo que realmente importa.

La conclusión es que ambas posturas tienen algo de verdad, pero también son engañosas, en primera, porque a lo largo de este artículo hemos desmontado esa idea de que hace falta tener buen físico para ser buen luchador. Y en segunda, porque aunque nos duela admitirlo, esto es un negocio, mismo donde si quieres tener éxito, deberás acatar algunas reglas no escritas para poder garantizar la mayor exposición posible.

Prueba de ello es la misma AEW, que si bien partió con solo dos nombres, al poco tiempo se hizo de Mox, Danielson o CM Punk. Que son garantía de buenas ventas, aunque siempre priorizando darle exposición a los chicos de casa, que considero al final del fía es lo más importante cuando quieres hacerte diferenciar del resto.

¿Y ustedes que opinan?, ¿Crees que el físico es algo importante en el negocio?

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Cartelera actualizada AEW All In 2023

Ric Flair afirma sentirse orgulloso por el documental “Becoming Ric Flair”

Ric Flair feliz con su trabajo en el documental.

Durante la más reciente edición del podcast To Be The Man, Ric Flair habló sobre el trabajo realizado por Peacock en el documental “Woooooo! Becoming Ric Flair“, el que Mismo se basa en vida.

“Me pareció muy bueno y justo. Pensé, que a excepción de Bischoff, estaba muy emocionado por lo que algunas personas tenían que decir. Solo quiero comenzar diciendo que hubo un error con lo que dijo Bruce (Prichard).

Bruce y yo somos muy buenos amigos, pero no anticipé ser la estrella más grande de allí. Eso es lo único que estuvo mal, porque nunca fui una gran estrella allí. Era una estrella más grande cuando regresé a los 52 años de edad.

Pero no antes, la gente no sabía quien era. Simplemente porque no estaba en televisión. Así que pensé Bruce está en lo cierto, pensé que era genial.

Estoy abrumado por lo dicho por Austin, Taker. Esos son mis amigos, ya sabes. Para tener tantas celebridades, soy cercano a Stephen A. Smith, supongo que solo lo miro y digo: ” Estos son todos mis amigos, qué suerte tengo”.

En unos días voy a reunirme con Bruce. Lo único que me pareció estar mal fue que nunca subí allí pensando ser la estrella más grande. Estaba contento de salir de WCW. Solo quería largarme de la ciudad, y ciertamente no pensé que iba a ganar el Royal Rumble. Ni siquiera se habló de eso”.

Flair

Tras esto Flair compartió su opinión tras haber trabajado con Tom Rinaldi durante el documental.

“No puedo ponerlo en palabras. Entre él y toda la gente que estuvo involucrada durante el rodaje, fue una experiencia maravillosa.

Es divertido, pones todo esto junto y esperas, un tipo como yo, porque he tenido problemas de salud, digo: “Espero vivir lo suficiente para ver esta maldita cosa”.

Estoy muy feliz con eso, u no estoy enojado con bruce ni por un segundo. Bruce fue preciso, pero siento que se equivocó. Solo quería salir de Dodge.

Ric FLair

El momento especifico al que apunta Flair fue en 1990 cuando llegó a WWF tras su salida de WCW. Afirmando que Bruce Prichard se equivocó al decir que llegó a la empresa de los McMahon para ser una gran estrella, cuando realmente solo quería abandonar WCW.

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WWE y AAA: Una alianza que no pudo ser

Con todo el tema de las alianzas y puertas prohibidas en torno al mundo de la lucha libre, se me ocurrió que sería buena idea hablar sobre la vez que WWE y AAA unieron fuerzas con el fin de competir contra WCW.

El Contexto

Durante 1995, el wrestling americano se encontraba en su momento de mayor apogeo, producto de una agresiva competencia entre WCW y la en ese entonces WWF, en lo que eventualmente sería conocido como las Monday Night Wars. Durante ese período de tiempo muchos fuimos testigos de actos tan rastreros como el fichar a luchadores conocidos de ambas empresas, hasta anunciar los resultados de los shows durante la transmisión del show rival.

Rey Mysterio y Juventud Guerrera luchando en WCW.

Entre todo esto, WCW destacaría por su novedosa inclusión de una división crucero, plagada de estrellas internacionales como lo eran Rey Mysterio, La Parka (L.A. Park), Psicosis, Eddie Guerrero, Juventud Guerrera, entre otros que eventualmente pasarían a ser leyendas del wrestling. Ahí destacaba principalmente sus lances y agilidad sobre el encordado.

Por esto mismo, no resultó extraño pensar que WWE buscaría imitar el producto presentado por su competidor. Buscando luchadores capaces de igualar a los que en ese momento se encontraban en la competencia. Es así como Vince McMahon daría con Lucha Libre AAA.

La alianza entre AAA y WWE

En 1997, Bruce Prichard fue el escogido para hacerse cargo de las negociaciones para lograr una alianza entre AAA y el gigante del entretenimiento deportivo, el mismo Prichard llegó a narrar en algunas entrevistas los diversos pormenores con los que tuvo que lidiar por esos años.

“Los busqué y había interés en expandir nuestro mercado, estuvimos interesados en traer a sus luchadores y entrar al mercado mexicano. AAA era la empresa más exitosa de México en ese momento y por eso los elegimos. La idea era conocernos y ver alguna manera de hacer negocios.

No obstante, los planes de Vince serían algo diferentes, intentando adquirir la compañía de Antonio Peña.

“Él se acercó a Peña y le dijo “nos gustaría comprar su empresa”. Las cosas cambiaron de trabajar juntos a comprar su empresa. Hubo interés de su parte, decidimos que iban a volver y a traer los documentos de la empresa y así terminó la reunión, pero lo que estaba decidido era trabajar juntos, era traer talentos de AAA a WWF o mandar al nuestro a los eventos de AAA“.

Las caras de AAA y WWE, Latin Lover y Shawn Michaels.

La invasión de AAA a WWE

Como sabemos, WWE no pudo adquirir AAA, pero sí llegaron a colaborar juntos. Comenzando así la invasión de AAA a WWE con Pierroth Jr. y Cibernético siendo los primeros en llegar a WWE en diciembre de 1996 derrotando a The New Rockers en RAW. A ellos se sumarían Mascarita Sagrada, Héctor Garza, Abismo Negro, entre otros.

Es así como todo estaba listo para que el 19 de enero de 1997 durante Royal Rumble se diera inicio oficial a esta alianza, con una lucha entre Canek, Perro Aguayo Sr. y Héctor Garza contra Fuerza Guerrera, Jerry Estrada y Heavy Metal que formaría parte del show principal. A esto se sumarían las apariciones de Pierroth Jr, Mil Máscaras, Cibernético y Latin Lover en la batalla real.

La autoeliminación de Mil Máscaras en Royal Rumble 1997.

Por su parte, AAA comenzaría a realizar shows bajo el nombre WWF invade AAA. Pero esto estuvo nada más alejado de la realidad… Mientras Peña prestó a sus principales estrellas, WWE sólo envió a Fake Razor Ramon, Fake Diesel y Jake Roberts (quien ya había estado en AAA).

Mientras esto ocurría en suelo azteca, WWE seguiría gozando de los beneficios que le daba su acuerdo con AAA, haciendo uso de sus luchadores como los Vipers (Abismo Negro, Mosco de la Merced e Histeria) y Los Cadetes del Espacio. Pese a esto, el público comenzaría a perder el interés en los mexicanos, pues lo que ayer parecía novedoso, hoy era más de lo mismo. Y así como llegaron, AAA y sus luchadores desaparecieron de la programación de WWE.

Super Astros y la caída del sueño mexicano por conquistar Estados Unidos

Pese al fracaso de este primer acercamiento a la lucha libre mexicana, Vince no daría su brazo a torcer y en 1998 la empresa de Vince McMahon presentaría al mundo Super Astros, un show dedicado específicamente a los gladiadores de origen mexicano, donde también se podían ver algunos estadounidenses y japoneses. Acá nos encontramos con nombres como El Hijo del Santo, Negro Casas, El Zorro, Mr. Águila, Rey Bucanero, Super Crazy, Octagón, entre otros.

Lamentablemente y al igual que la alianza entre WWE y AAA, el show pasaría sin pena ni gloria, apenas logrando alcanzar la cifra de 42 semanas, número que palidece cuando lo comparamos con los 29 años que lleva RAW en el aire. El espacio finalizó el 5 de septiembre de 1999.

Tras esto, no es extraño preguntarnos: ¿Por qué si en WCW la idea parecía ser un homerun, terminó como uno de los más grandes fracasos para WWE? Y aquí existe una explicación sumamente sencilla. Si ustedes han seguido WWE desde los últimos años recordarán 205 Live, el show que buscaba revivir la gloria de la división crucero, a la vez que presentaba un soplo de aire fresco para los shows semanales…

Pero nada más alejado de la realidad, y es que en efecto, la historia sobre la caída de WWE 205 Live no es más que un déjà vu de lo que ocurrió hace ya 24 años, con los mismos errores que terminarían por matar ambos proyectos.

Super Astros el show que precedió a 205 Live.

Un fracaso anunciado

Si bien la idea de crear su propia división crucero con talentos internacionales parecía ser un éxito seguro en el papel, había un factor con el que nadie contaría y ese era el factor Vince. Como era de esperarse, Vince terminó teniendo poco o nulo interés en una división donde los luchadores eran de estatura baja y con un peso por debajo de las 300 libras.

Esto se vio reflejado en un show con muy pocos minutos para mostrar el talento de sus competidores, aunado a que el mismo sería visto como un segmento previo a RAW, siendo grabado en la misma arena minutos antes de que comenzara el show insignia de WWE.

Con la caída de WCW, Vince McMahon terminaría por tomar la decisión más obvia, poniéndole fin a una división con luchadores que iban desapareciendo cada vez más de las pantallas, en aras de darle más tiempo a los segmentos que de “verdad importaban” como Stone Cold contra Vince McMahon. Un final de la alianza con Antonio Peña, quien únicamente terminó siendo una víctima más por parte de las promesas de los McMahon, pues AAA jamás pudo ser testigo de los supuestos beneficios que traería dicha colaboración.

Lo único que podríamos concluir de esta “alianza”, es que Vince McMahon jamás tuvo un verdadero interés en colaborar con AAA, sino que todo fue un intento por parte del empresario para apoderarse de una compañía que venía haciendo mucho ruido por esos años (en parte gracias a su alianza con WCW en años anteriores).

Y que ante las constantes negativas por parte de Peña para vender, Vince terminaría tomando la decisión de alejarse, pero no sin antes causarle un daño muy grande a la lucha libre mexicana y el cómo era percibida en suelo americano. Esto significó que por varios años hasta el 2019 se mantuviera esta sensación, año en que AAA, está vez encabezada por Dorian, buscaría volver a entrar en suelo estadounidense.

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Top mejores luchas de apuesta de la historia

The Rock sobre sus inicios: “representaba todo lo malo de la lucha libre”

Todos aquí sabemos el enorme impacto que dejó Dwayne “The Rock” Johnson en el entretenimiento deportivo. Sin embargo, es de sabido por muchos de sus primeros meses dentro del negocio fueron estrepitosamente malos y no por culpa suya.

En una sesión de preguntas y respuestas realizada a través de Instagram, el ex-campeón de WWE y actor de Hollywood habló acerca de dicha etapa que tuvo en el negocio, refiriéndola como “todo lo malo que representaba de la lucha libre.”

Sus palabras al respecto:

“Entonces, fue mi primera noche en la compañía, Survivor Series. Gané todo en el Madison Square Garden. Tenía a 22,000 personas cantando “Rocky, Rocky“. Estaba en lo alto, era como un sueño porque no podía creer lo que estaba sucediendo. Estaba muy agradecido. Y unos meses después, la compañía decide que me van a hacer Campeón Intercontinental. Fue de esa forma como estaba ascendiendo en el mundo de la lucha libre profesional.”

“Tuve un encuentro fenomenal con uno de mis mejores amigos en la industria, todavía hoy, Triple H, y nuevamente, estaba en lo más alto. Ahora, eso que era interesante y que estaba sucediendo en el mundo de la lucha profesional, comenzó a cambiar. Los fanáticos ya no querían ver algo tradicional. Querían romper eso. No les gustaba la falta de originalidad y no querían ver algo rancio. Ellos buscaban a la anti-autoridad y esta llegó en forma de “Stone Cold” Steve Austin“.

“En ese momento, yo representaba todo lo que estaba mal en la lucha libre profesional, y los fanáticos se volvieron contra mí. Comenzaron a cantar “Rocky apesta” en cada arena a la que fui. Fue difícil para mí, como pueden imaginar psicológicamente, pero también fue complicado para la compañía. Estos se preguntaban diciendo “¿qué hacemos?” Nunca antes habían visto algo así. Vince McMahon dijo: “Nunca había visto algo así. Es una reacción que va muy en contra de lo que queremos”.

Nace una estrella

Todo cambió para The Rock cuando meses después de su debut realizó el turn heel y se posicionó como uno de los rostros importantes del stable Nation of Domination. Para ese entonces, se le otorgó más libertad en el micrófono y, por su carisma innato y su enorme creatividad como performer, terminó estableciéndose como uno de los atletas más importantes de la historia.

Adoro los finales felices.

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